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“Mochilazo” frena a la economía cochabambina

Experto avizora crisis de largo aliento en la ciudad por la ausencia de liderazgo municipal. La ejecución presupuestaria no supera el 30% a julio y la gestión está paralizada. En septiembre, mes aniversario, no habrán obras estrella para la Llajta.

Agobiado por millonarias deudas que no se honran, pese a contar con los recursos económicos para ello, con un alcalde con detención domiciliaria por presunta corrupción, una bajísima ejecución presupuestaria (28% al mes de julio) y una gestión administrativa paralizada, así se encuentra el Gobierno Municipal de Cochabamba, sumido en su peor crisis.
Esta crítica situación se origina en el caso “Lava Jato cochabambino” o mejor definido como el “mochilazo” que destapó un presunto y millonario negociado cercano a los Bs 10 millones por la compra con sobreprecio de mochilas para más de 90 mil estudiantes escolares de la ciudad.
Fruto de este hecho, el pasado 20 de abril, la Fiscalía Anticorrupción emitió una orden de aprehensión para el alcalde José María Leyes, y desde entonces el Gobierno Municipal se encuentra “con las barbas en remojo”, por así decirlo.
Varios altos funcionarios renunciaron, otros presuntos implicados huyeron, algunos quieren colaborar con la ley, mientras quienes quedaron en la actual administración hacen lo que pueden junto a la alcaldesa suplente que se ve obligada a improvisar en la gestión municipal.

Las evidencias
De haber ocupado el primer lugar en desarrollo humano, según el PNUD (a finales de la década de los años 90), hoy Cochabamba pasó a convertirse en una ciudad sin norte, sin liderazgo, inmerso en la desconfianza y -de añadidura- con poco que ofrecer en septiembre cuando celebre su aniversario.
A estas conclusiones arribaron concejales del oficialismo y oposición, dos expertos, uno en Gestión Pública y el otro en Negocios de Economía Sostenible, además de gente de otros sectores con demandas insatisfechas.
Con hidalguía, Iván Tellería Arévalo, presidente del Concejo Municipal de la ciudad, del partido oficialista Unidad Demócrata (UD) reconoce la crisis institucional en el municipio.
“No podemos ocultar que estamos en una crisis con un tema de ejecución presupuestaria baja, llegando a un 28%, y eso es alarmante”, remarca, pero argumenta que ello se debe a la fuerte fiscalización que ejercen instituciones públicas nacionales como la Contraloría y el Viceministerio de Transparencia, sobre la gestión municipal conducida hoy por la alcaldesa suplente en ejercicio, Karen Suárez.
Se están fiscalizando temas sensibles, entre ellos el desayuno escolar, el caso de las mochilas escolares y la ejecución de varias obras, todas bajo Petición de Informe Escrito (PIE), dice Tellería, quien abriga que pronto se regularice el pago de las obras ejecutadas para que suba la ejecución presupuestaria a un 65% hasta fin de año, lo cual lo confortaría, aunque recuerda que el año pasado la misma llegó al 82%.

Presupuestos 2017 vs. 2018
Según el concejal opositor (MAS), Sergio Rodríguez, durante la presente gestión, el ejecutivo municipal ejecutó Bs 425 millones al mes de julio, en tanto que en similar periodo del año pasado, llegó a Bs 579 millones, vale decir Bs 154 millones más que en el presente año.
“Yo pienso que la alcaldesa debe imprimir mayor carácter y decisión a la hora de honrar pagos a las empresas constructoras”, sostiene el opositor tras precisar que la inversión pública le ha quitado liquidez al sector constructor por un valor superior a Bs 20 millones, esto en referencia a las obras ejecutadas para los Juegos Odesur, obras financiadas con un crédito con la banca privada.
“El circuito de BMX ha sido construido con el 20% de anticipo; al Patinódromo y en el caso del Complejo de Ráquetbol se adeudan Bs 3 millones”, informa el concejal acotando además que el 52% de total de obras planificadas para el presente año, en los diferentes barrios, no se iniciaron a la fecha.

Dinamizar la economía
Todos los problemas administrativos de la actual gestión municipal arrastran un componente que el concejal Rodríguez lo describe como ausencia y falta de criterio institucional para dinamizar la economía local.
“Si se pagaran esos 400 millones que existen en caja a todas esas empresas que se debe y a los proyectos, eso generaría liquidez, habría circulante para pagar a las constructoras, éstas a sus obreros, a sus acreedores, ferreterías, sueldos, salarios y se dinamizaría la economía en el municipio de Cochabamba, pero en este momento ya hay una desaceleración de la economía”, asegura Sergio Rodríguez.

Septiembre sin sol
Según el concejal Tellería, para septiembre se planifican varias obras con cierto orden de prioridad, pero no se animó a mencionarlas. Sin embargo, el concejal Rodríguez señala que se entregarán cuatro unidades educativas (UE) modelo, entre ellas, la UE Salvador, una infraestructura con casi 60 aulas regulares y para talleres y otros ambientes que demandó Bs 40 millones, “un poco caras”, observa, sugiriendo que no debería pasar de los Bs 20 millones.
También informa de la entrega de aulas educativas para la formación técnica para la UE Cobol, en la zona sur del Distrito N° 9, y otra para la UE Voces Libres, obras que ponderó. “Sin embargo, hay que recordar que el alcalde ofreció 60 unidades educativas y esto no alcanza ni al 10 por ciento de su ofrecimiento”, agrega.
Otra promesa incumplida por el exburgomaestre Leyes corresponde a los “llajtabuses”, proyecto que no se ejecuta pese a estar presupuestado para su pago. “Están inscritos Bs 58 millones para adquirir 40 motorizados. Ahí, de entrada, hay que revisar el precio”, reitera en su recomendación.

Más recursos
Lo que debería ser considerado como una grata noticia para Cochabamba es la transferencia reciente de Bs 7 millones adicionales por concepto del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), erogados por el Tesoro General del Estado que bien podrían destinar la Alcaldía para cubrir el pago de deudas que tiene con el sector Salud.
Por el Servicio de Hemodiálisis que presta el Hospital Viedma, la Alcaldía adeuda al mes de julio más de Bs 30 millones, asegura Daysi Rocabado, Directora del Hospital Viedma, por las 34 mil prestaciones que realizan por mes, en promedio.
“Durante 15 meses hemos estado erogando gastos de laboratorio, alimentos, radiografías, servicio de quirófanos para más de 500 personas. De abril a diciembre, la deuda conciliada asciende a Bs 20 millones (9 meses de 2017), una obligación que la Alcaldía de Cochabamba se resiste a cancelar generando malestar en la población beneficiaria.
Otro sinsabor ha sido el congelamiento de cuentas bancarias de más de 60 mil personas que vendieron sus vehículos. Hoy, los antiguos propietarios que transfirieron ese bien sujeto a registro, llevan sobre sus espaldas las obligaciones impositivas impagas de sus compradores, esto debido a una decisión asumida por el Gobierno Municipal de Cochabamba que –aparentemente- no piensa revisar.

Las más perjudicada
“Al perjudicar a un alcalde, no se perjudica a la autoridad, sino a Cochabamba”, asegura el concejal Tellería, afirmación que desarrolla con mayor amplitud el especialista en Gestión Pública, Ricardo Ondarza.
Según Ondarza, a partir de 1994 hasta el año 2000, Cochabamba vivió una suerte de estabilidad municipal con crisis intermitentes y de corto plazo. Sin embargo, observa que la institución edil se encuentra en “una crisis de largo aliento” porque el modelo institucional en general se enfrenta a un proceso de reorganización del territorio y del poder desde el año 2009, con un gobierno central que tiene una fuerte presencia hegemónica y que busca concentrar mayor poder.
El experto sostiene que los recursos económicos de la ciudad de Cochabamba son verdaderamente extraordinarios respecto al pasado y recuerda que entre 1996 al 2000, los cuatro últimos años del exalcalde Manfred Reyes Villa, se invirtieron entre $us 320 a 360 millones, un promedio de $us 80 millones por año. Hace notar que hoy ese presupuesto bordea los $us 230 a 280 millones por año y que el exalcalde Edwin Castellanos tuvo un presupuesto aproximado de $us 1.000 millones durante los cinco años de su gestión.
Asimismo, menciona que la ciudad que proyectaron los exalcaldes Humberto Coronel Rivas y Manfred fue la “Ciudad Jardín”, una urbe moderna que genere mejores condiciones de vida para sus habitantes, propuesta que encararon con seriedad logrando que el PNUD calificara a Cochabamba como la primera ciudad con mayor Desarrollo Humano en Bolivia, un sitial que fue guía del desarrollo municipal del país.
“Todos querían ser como Cochabamba. Hoy eso ha quedado atrás”, expresa Ondarza para remarcar que la crisis en la ciudad se inscribe en la “falta de liderazgo” en lo institucional, social, empresarial e individual.
Para el analista, actualmente se está diluyendo la estructura del poder local que derivará en una crisis económica que trascenderá a las calles. Señala que la actual administración municipal está cometiendo los mismos errores del anterior alcalde, dando lugar al “obrismo”, pero sin crecimiento ni desarrollo.
“No hay el proyecto de Cochabamba para los próximos 50 años. Hay que iniciar un proceso de deliberación de la ciudad de Cochabamba”, recomienda.
Advierte que la crisis municipal se va a reflejar en la gente que, directa o indirectamente, vive de la inversión pública por la venta de bienes y servicios y otros con valor agregado.
De otro lado, indica que actualmente las licitaciones están paralizadas y otras con problemas por denuncias. En ese marco, descarta el concurso de algunas empresas a las diferentes licitaciones por la “desconfianza” generada, por la inestabilidad y por la falta de gobernabilidad y seguridad jurídica.

La desconfianza
Para Roberto Artavia, experto internacional en Negocios y Economía Sostenible, “la desconfianza” impide que la sociedad, los actores públicos y privados capitalicen transacciones en todos los aspectos de su vida generando insatisfacción y altos costos en busca de concretar actividades económicas.
“La desconfianza es un problema de nuestra sociedad, nos impide ahorrar, invertir, innovar, aumentar la productividad, tener gobernanza y sostenibilidad”, sostiene al mencionar, además, que cuando no existe confianza en la sociedad todas las transacciones se vuelven costosas, por lo que recomendó mayor transparencia para alimentar la confianza, situación que hoy parece muy lejano construir en el Gobierno Municipal de Cochabamba de la mano de los mismos protagonistas.
Pero quien debía responder a todas estas interrogantes debería ser la Máxima Autoridad Ejecutiva (MAE) de la Alcaldía, quien está realizando cambios internos de manera paulatina en su entorno más cercano.
En esta dirección, LIBRE EMPRESA buscó insistentemente entrevistar a la joven alcaldesa, Karen Suárez, sobre la situación financiera e institucional de la Alcaldía, pero sus principales y más cercanos colaboradores, entre ellos, Alex Contreras, y su Jefa de Gabinete, Lenny Zaconeta, descartaron este acercamiento.
Si la respuesta a las consultas de la prensa es el silencio, quien calla otorga. Sin embargo, quien toma la palabra tiene la oportunidad de exponer sus razones y argumentos, los mismos que este buscó conocer de la alcaldesa, a quien reiteramos la invitación a entrevistarla en el futuro, con la mayor amplitud y cordialidad que merece.

Edwin Carpio San Miguel

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