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ERICK SAAVEDRA

ERICK SAAVEDRA:

“Bolivia ha sido Toyotisada”

Asegura conocer la empresa de sus padres de pies a cabeza, porque desde sus 14 años de edad comenzó, por propia iniciativa y voluntad, a trabajar en el taller mecánico de Toyosa La Paz, pasando prácticamente por todas las áreas de la compañía

El año pasado, Toyosa cumplió 35 años en el rubro automotriz, un emprendimiento que aún se mantiene familiar, a pesar de haber alcanzado altos niveles de crecimiento, expansión y diversificación para constituirse hoy en un grupo empresarial.  
Fundada hace 36 años por Edwin Saavedra, un cochabambino que empezó desde abajo su emprendimiento, apostando por posicionar en Bolivia la marca japonesa Toyota, el ahora Grupo Saavedra encara el futuro con una nueva visión de negocios, donde prevalece la innovación, apuntando a ser una empresa del siglo XXII.
Y en ese camino está Erick Saavedra hijo, actualmente Gerente General de Toyosa y Vicepresidente del Grupo, quien abrió su despacho a LIBRE EMPRESA, en medio del ajetreado mundo de los negocios que vive cada día Santa Cruz, donde reside desde hace algunos años.
“Todos empiezan pequeños, no nos consideramos una empresa grande, somos una empresa familiar. Si bien no todos los ejecutivos son familiares, ya son más externos, pero las decisiones estratégicas se toman en familia, ahora somos el Grupo Saavedra y hemos ido evolucionando, incursionando en otras áreas de negocios”, explica el joven ejecutivo al hablar de las inversiones en bienes raíces, en una empresa de casas prefabricadas y otros emprendimiento.
Incluso están estudiando la posibilidad de realizar inversiones en otros países, ya que fueron invitados por grupos automotrices, como Toyota Hino, para invertir en Chile y Argentina.

El mercado boliviano
Después de una etapa de bonanza económica, desde el año pasado la coyuntura económica y social en Bolivia se ha tornado algo compleja. Sin embargo, Erick considera que lo interesante es que el mercado boliviano sigue creciendo, con todas las adversidades en las condiciones de hacer empresa, de importar, de vender.
“El mercado sigue con necesidades de transporte. La gente tiene necesidad de transporte, porque todo incluye transporte. En el caso automotriz, Toyosa trabaja para proveer un transporte más eficiente, más amigable con el medio ambiente, que sea fácil de reparar, que sea accesible y sobre todo que sea durable”, agrega.
Con 39 puntos de venta en todo el país, con mecánicos y gente capacitada por Toyota, la firma Toyosa recibe un asesoramiento constante y directo desde la casa matriz en Japón, de donde vienen personeros de las diferentes áreas todos los meses. Por tanto, hay una relación muy estrecha con la fábrica.
Destaca que la tendencia en el mercado automotor boliviano ha pasado de venderse sólo 3 mil unidades en el pasado, a las 50 mil en los últimos años, un enorme crecimiento. Incluso, la Cámara Automotor tiene 160 marcas automotrices, número grande, con un crecimiento del 8 al 9% anual en ventas.
Y en ese escenario, destaca que en Toyosa han cambiado su visión de trabajar de poco a mucho volumen y ser más competitivos, más agresivos con los precios, lo que permite a su vez ser más accesibles para los clientes.

La marca en Bolivia
Conocedor del mercado automotriz en el país, Erick afirma que en Bolivia siete de cada 10 vehículos son Toyota, una relación bastante alta. Si bien no hay un estudio científico que corrobore ese dato, es innegable que desde que los autos se hicieron más accesibles a la gente en el país, hace más de tres décadas, la marca japonesa era la más visible en las calles, gozando de mayor preferencia y una gran demanda.
Para que ello ocurra, la familia Saavedra trabajó directamente con fábrica en Japón para que los autos sean más resistentes a los caminos de Bolivia. Y para ello, Erick viajó a Japón durante 18 años, a fin de tener la certeza de que el producto tenga la resistencia para este mercado.
“No nos enfocamos en que el vehículo va a ser bonito o sofisticado, sino que sea durable, de ahí viene la confianza. Nuestro siguiente paso es que tenga soporte técnico; entonces, antes de crecer en ventas, nosotros siempre crecemos en posventas, más mecánicos, más instructores, más técnicos, mayor infraestructura en servicios, mayor logística en repuestos, para que el cliente siempre tenga el repuesto disponible”, destaca al subrayar que la empresa hace énfasis en la logística del negocio.
Por todo ello, para Toyota de Japón, el mercado boliviano es muy importante, está entre los primeros de Sudamérica y entre el Top 10 del mundo. Es tan importante el país para la fábrica, que se dan el lujo de enviar a sus ingenieros a trabajar meses al país, para ver cómo el cliente usa sus vehículos.
Por ejemplo, en los Coaster que lanzaron hace más de dos meses para el transporte público en Santa Cruz, se ha trabajado seis meses antes, con la llegada de ingenieros que vieron las necesidades del transportista boliviano. Como resultado, hoy se tiene un coche hecho a medida del país.
Saavedra afirma que eso es lo que le da fortaleza a la marca y que gracias a esa forma de trabajo en 36 años, “se ha arraigado la marca en Bolivia; Bolivia ha sido Toyotisada”.

Crecimiento del Grupo
A 36 años de sus inicios, hoy el Grupo Saavedra tiene casi 800 empleados directos (cerca de 1.500 indirectos) y cuenta con 39 puntos comerciales del rubro automotriz.
Como parte de su diversificación, el Grupo está haciendo una enorme apuesta en un mega proyecto inmobiliario en La Paz. Se trata de la construcción del Word Trade Center (WTC), franquicia que también está en Santa Cruz.
Es un proyecto de 384.000 m2 construidos, que comenzará a levantarse desde fin de año, en su terreno de la zona de Obrajes, que consta de nueve etapas y que al finalizar tendría un valor de $us 500 millones.
Se construirá una torre comercial y de negocios de 50 pisos, luego un hotel, viviendas y un centro comercial con cines y teatro. Se conectará con el teleférico y con el transporte público de la Alcaldía. Se calcula que en una hora pasarán por el lugar unas 10 mil personas.
“Así se ve que se pueden hacer cosas interesantes en Bolivia y que hay demanda, pero la demanda viene con innovación. Si uno no innova, la gente no tiene nada interesante y migra a otras alternativas”, reflexiona.
En Santa Cruz, el Grupo construirá la ciudad Toyota, un centro comercial, además de la Casa de Campo, un condominio de casas en 200 hectáreas de terreno, con una gigante cancha de golf de nivel internacional.
También trabaja en una planta ensambladora de camiones en El Alto, que les permitirá ser más eficientes en la logística y venta. “Estamos trabajando en nuevos proyectos para apostar más por el país. Si hay algo que mi familia cree firmemente, es que el patrimonio se quede en Bolivia”, destaca.

Gestión de negocios
¿Y cómo es posible crecer, diversificarse, siendo una empresa familiar en estos tiempos de fuerte competencia en todo? Erick tiene la respuesta clara. Explica que cada negocio tiene su ciclo, si no tiene buen margen de liquidez e inventarios, no da. Por ello, controlan con rigurosidad los indicadores, para que ninguno se altere y se mantengan dentro de los parámetros buscados.
“Hacemos un seguimiento severo a cada unidad de negocio, buscamos la rentabilidad no por sueldo, sino por ítem. Cruzamos el ítem que existe, cuánto genera y cuán rentable es. Antes se buscaba que la gente sea trabajadora, honrada, puntual, pero no se medía la rentabilidad o eficiencia que generaba el empleado, ahora nosotros medimos todo, y eso nos permite tener una visión más agresiva y poder reinventarnos”, afirma.
Explica que en el Grupo Saavedra creen firmemente en que tienen que hacer un salto cualitativo y cuantitativo hacia el siglo XXII, ya que hoy muchas empresas en Bolivia han sido creadas en los años 70 y 80, pero siguen trabajando bajo el modelo de negocio del siglo XXI, y para ello subraya que la innovación es fundamental.
Tomando en cuenta que ser empresa familiar es complicado en Bolivia y en todo el mundo, asegura que “si tienes las reglas claras y una ley pareja, nadie se queja. Tenemos una política donde los hermanos son todos empleados, sólo los padres son los dueños”.

 

Desde los 14 años con los autos

Viendo desde afuera, cualquiera diría que Erick es el CEO de Toyosa sólo por ser hijo del dueño de la empresa. Nada más alejado de la realidad. Desde niño, comenzó a ganarse un puesto en la compañía por propia iniciativa y voluntad.
Erick es un hijo mellizo y desde sus 14 años se aventuró a recorrer por todas las áreas de la empresa, comenzando como mecánico en Toyosa La Paz, pasando por chapería, pintura, logística, repuestos, finanzas, planificación y marketing. Asegura conocer la empresa de sus padres de pies a cabeza.
Hoy, a sus 38 años, su jornada empieza a las 6:00; primero visita las otras empresas para estar a las 9:00 en Toyosa Santa Cruz, donde muchas veces se queda a almorzar y continúa trabajando hasta las siete u ocho de la noche.
Para hacer frente al estrés, trata de hacer ejercicios, caminar, practica tiro deportivo y tiene una bolsa de boxeo. Va poco el gimnasio por falta de tiempo, pero trata de caminar todos los días.
No tiene problemas de salud, tiene una dieta balanceada, no fuma, bebe poco alcohol y consume comida orgánica, aunque le es difícil resistirse a los carbohidratos.

 

Un cochabambino

Erick nació en Cochabamba el 24 de marzo de 1977, donde vivió hasta los 11 años. Primero estuvo en el Don Bosco y luego en el Calvert.
Después se fue a vivir a La Paz, pasando por varios colegios. Estudió Negocios y Marketing en Boston, donde trabajó para Toyota Motors; luego de ocho meses lo llevaron a Japón y después volvió al país, donde empezó como subgerente de Marketing.
Ocupó después la Gerencia Comercial de Toyosa y estuvo en la gerencia general de otras unidades de negocios (Construcción, Logística, Electrónica). Desde hace 12 años es el CEO de Toyosa.
Se casó a los 28 años con la también cochabambina Ximena Rico Toro, ex Miss Bolivia.
“Alguien me dijo una vez: pocos gerentes de empresas mantienen su matrimonio; pero yo creo que pocos gerentes entienden de que tu socio estratégico es tu esposa, es tu mejor amante, tu mejor compañera, tu mejor amiga, tu cómplice. Además, tu mejor activo son tus hijos, personalmente creo que ningún negocio lo supera”, finaliza.

 

 

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