Reto de 2018: revertir el déficit comercial
Hasta octubre, el déficit sumaba ya $us 971 millones, con la posibilidad de que pueda repetir su máximo histórico del pasado año, según el balance de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz y del IBCE.
El presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz, Jorge Alberto Akamine, considera que el año 2017 fue difícil por un nuevo déficit de la balanza comercial que se viene arrastrando. Para el profesional, el contexto de la economía global en 2018 no será distinto, sin embargo, considera que con los nuevos acuerdos entre el Gobierno y sector productivo se podrá tener una mejora que en el tiempo debe ser sostenible.
“Se han conseguido muy buenos resultados porque estamos hablando de la liberación de exportaciones, de seguridad jurídica para las tierras, de la implementación de la biotecnología, que va a ser otro reto para los privados que tienen dos meses para elaborar la propuesta, además del desarrollo de Puerto Bush y el fortalecimiento de otros puertos”, explica a LIBRE EMPRESA.
En los últimos nueve años, señala, Bolivia dejó de exportar más de $us 2.000 millones, sin embargo, considera que con las medidas acordadas entre el sector público y privado se espera que en un corto plazo, se pueda recuperar $us 250 millones y más de 250.000 empleos que se han perdido en ese tiempo.
Al igual que los productores, el economista coincide que para que las medidas en favor del sector productivo se activen, será necesario un cambio en el marco normativo que restringe las exportaciones y la aplicación de la biotecnología.
Giro de timón
El colegiado considera que el Gobierno, más allá del discurso, se vio obligado a replantear su política de restricciones y acercarse al sector privado para paliar la crisis y la desaceleración económica derivada, por la baja de los precios de las materias primas y volcar la mirada hacia los productos no tradicionales que pueden ser la base de una recuperación sustancial.
“En el corto plazo, es complicado recuperar el déficit porque la brecha es significativa, no estamos hablando de unos cuantos millones de dólares, sino de cientos de miles, pero si se tienen la políticas claras de parte del Gobierno y hay el empeño de mejorar las inversiones por parte del sector privado, podemos ver buenos resultados a fines de 2018”, agrega.
Akamine reitera que las nuevas medidas tienen que ser a largo plazo en base a proyecciones que permitan un alza del Producto Interno Bruto que esté sobre el 5% a partir de esta gestión.
Según el experto, hay optimismo sobre lo que viene en 2018, sin embargo, considera que la realidad es aún difícil porque se constituirá en un año de recuperación a partir de las exportaciones y la producción del Etanol.
“Tenemos que velar para que la gente continúe con trabajo, se sienta segura y pueda seguir produciendo, que es lo que mejor hace el cruceño y que estas medidas que piensa incrementar el Gobierno estén al margen de la coyuntura política electoral que será intensa en el año que comienza”, remarca
Deuda externa
El titular del Colegio de Economistas por otra parte dice que en esta gestión se ha registrado un leve incremento de la deuda externa en más $us 2.000 millones por inversiones hechas de forma interna por el Estado.
“Son indicadores que tenemos que tener cuidado a pesar que la medición se hace en base a índices internacionales, estamos lejos todavía de lo mínimo permitido, estamos por el 25 por ciento del PIB, en cuanto intencionalmente, es que puedes endeudarte externamente hasta en un máximo de 50 por ciento del PIB y obviamente no queremos llegar a eso”, acota.
Asevera que en Inversión Pública, el Gobierno prevé obtener créditos de $us 2.000 millones adicionales para la ejecución de mega proyectos, como el tren bioceánico, trenes urbanos en capitales como Cochabamba y Santa Cruz, carreteras y otras obras.
Explica que si bien Bolivia es un país sujeto de crédito, se tiene que prever una situación que permita una recuperación inmediata para evitar un endeudamiento mayor en los siguientes años.
Exportar, la única vía
Por su parte, el presidente del IBCE, Reinaldo Díaz Salek, tras una evaluación del comportamiento del comercio exterior de la gestión, considera que la única manera de revertir el déficit de la balanza comercial es exportar más.
“Ya se percibe una sinergia público-privada para acelerar el crecimiento de las exportaciones bolivianas, estimulando al sector no tradicional principalmente, por el positivo impacto que puede generar a muy corto plazo en términos de mayor captación de divisas y, en lo interno, un gran efecto multiplicador sobre toda la economía mediante la generación de empleos e ingresos”, explica.
Según Diaz, Bolivia enfrenta la imperiosa necesidad de llenar el gran vacío dejado por la caída de la exportación de hidrocarburos y minerales, dada la caída estructural de los precios internacionales, comparativamente a los de la década de oro.
Considera que tal vacío podría ser llenado con un rápido crecimiento de las exportaciones no tradicionales, especialmente agropecuarias y agroindustriales.
“Ahora que el Gobierno anunció la libre exportación de productos como la soya, azúcar, alcohol y derivados, la carne de res y el sorgo, necesitamos que ello se complemente con la autorización del pleno uso de biotecnología para aumentar la productividad en el agro, y trabajar en la mejora de la competitividad sistémica para convertir a Bolivia en un verdadero granero en Sudamérica, en un gran país agroexportador”, remarca en entrevista con LIBRE EMPRESA.
Diaz considera que el año 2018 se muestra auspicioso, según pronósticos de organismos internacionales, así como por los recientes anuncios a favor de las agroexportaciones.
Déficit
Según el balance hecho por Cadex y el IBCE, la balanza comercial boliviana cierra con números rojos por tercer año consecutivo.
La diferencia entre exportación e importación hasta octubre dejó un saldo negativo de $us 971 millones, pudiendo repetirse en un balance hasta el cierre de gestión un aproximado al máximo histórico de 2016 que fue de $us -1.287 millones.
A octubre de 2017, las exportaciones sumaron $us 6.604 millones, un 9% más que en igual período del 2016, sin embargo, su volumen cayó un 9%. Las importaciones, con $us7.574 millones, crecieron más que las exportaciones, un 10% más que en igual lapso, explicando el déficit.
Diaz sostiene que la mejora de los precios internacionales de las materias primas contrarrestó la portentosa caída del volumen de las exportaciones del país durante 2017.
Según datos del INE, los hidrocarburos y minerales tuvieron un incremento de su valor en 21% y 20%, respectivamente, pese a la baja de su volumen en 7% y 2%, cada uno. Por su parte, las exportaciones agropecuarias registraron una caída del 14% en valor y una baja del 42% en el volumen, mientras que las ventas externas de manufacturas bajaron un 5% en valor y un 24% en volumen.
EEUU, el mayor comprador
Bolivia vendió cerca de 800 productos a 92 países hasta octubre de 2017, siendo Brasil (18%) y Argentina (16%) los principales destinos. Sin contar la venta de gas natural, Estados Unidos pasaría al primer lugar, seguido de Corea del Sur, Japón y la India, países que demandaron principalmente minerales.
Por otra parte, el principal proveedor de productos al país fue nuevamente China con un 22% de participación, seguido de Brasil (17%) y Argentina (13%).
“Exportar más implica crecer más, invertir más, generar más empleo y mayor movimiento económico y desarrollo social”, afirma el presidente del IBCE.
Los exportadores consideran que es importante lograr una mejora en la competitividad para la exportación de productos no tradicionales para salir del estancamiento que ha sufrido el sector productivo.
“Se precisa de medidas que lo dinamicen y la aprobación del uso pleno de la biotecnología ayudará no sólo a consagrar la soberanía alimentaria, sino a generar más excedentes para convertir a Bolivia en un granero y un gran país agroexportador”, recalca Díaz.
Por otra parte, los productores esperan el apoyo del nivel central para generar una importante promoción comercial y apertura de mercados para Bolivia, con el fin de recuperar el terreno perdido durante la última década en la que otros contextos como Paraguay y Uruguay están con niveles de exportación emergentes.
“Tanto el sector público y privado tienen en la «Marca país – Bolivia, corazón del Sur», una importante herramienta para ello. Si queremos que el déficit comercial no se torne crónico, debemos priorizar políticas a favor de las exportaciones no tradicionales y sustituir selectivamente la importación, con lo que producimos”, concluye Díaz.
Según el INE, hidrocarburos y minerales tuvieron un incremento de su valor en 21% y 20%, respectivamente, pese a la baja de su volumen en 7% y 2%, cada uno. Las exportaciones agropecuarias registraron una caída del 14% en valor y una baja del 42% en volumen. Las manufacturas bajaron 5% en valor y 24% en volumen.