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INDUSTRIAL DE BOLIVIA

Cochabamba aún es la tercera región industrial de Bolivia

Su aporte real tiene que ver específicamente con la generación de empleo, puesto que no están establecidas las consideradas grandes industrias. En el último decenio, el aporte de la industria ha caído en un punto porcentual.

La relevancia de la industria cochabambina se mantiene, aportando con el 20,2% a la producción real a la actividad económica regional, según del Instituto Nacional de Estadística (INE) a 2018.
Si bien esta participación se ha visto mermada, ya que en el último decenio su aporte ha caído en un punto porcentual, Cochabamba sigue siendo la tercera región industrial más importante del país, revela un estudio de la Cámara Departamental de Industria (Camind).
El gerente de la Fundación Hecho en Bolivia, Oscar Buendía, manifiesta que en los últimos años la industria local está estancada, con un decrecimiento en 2017, atribuido al reducido incremento en la producción de todos los rubros y el decrecimiento de productos de refinación de petróleo y minerales no metálicos.
Aunque el 2018 Cochabamba hubo una recuperación, gracias a las inversiones en la construcción y equipamiento del Parlamento Andino Unasur, las millonarias inversiones para los Juegos Sudamericanos, así como la producción de urea y amoniaco, estas actividades tampoco tuvieron un impacto considerable en la región.
“Esta situación nos pone a reflexionar que parece que ha favorecido más a otros departamentos y sectores, no así a la cadena de valor manufacturera cochabambina. Esta tendencia se debe al crecimiento de la economía informal, el contrabando, mercado callejero, ya que Cochabamba no es un departamento fronterizo y al estar ubicado al centro de Bolivia es de consumo final”, aclara el economista.

Proceso histórico
El gerente de la Camind, Alberto Arze, evalúa que a pesar de años de buen desempeño, aún están pendientes políticas reales de impulso al sector, ya que, tal como ocurre en el caso de textiles, varios rubros enfrentan escenarios complejos debido al ingreso de productos a menores precios, contrabando y presiones laboral y tributaria.
“La industria sigue siendo una de las actividades con mayor importancia para Cochabamba y el crecimiento en la gestión 2018 llegó a 7,94%, mayor al promedio nacional y el mejor crecimiento de esta actividad en los últimos 20 años”, precisa Arze.
Buendía se remonta a 1985, cuando la generación de riqueza estaba explicada por el sector agrícola, pero dado que este sector, por ser sensible a factores climatológicos y a que el tamaño de la tierra cultivada bajó notoriamente, dio paso a partir de 1986 a la industria manufacturera como el gran generador de la dinámica económica regional.
La principal característica en ese momento fue que el rubro hizo una importante inversión y generación de empleo.
En ese entonces, el 50% de la producción se destinó a los otros departamentos del país y duró hasta el año 2014. A partir de 2015 se va consolidando el sector de servicios de la administración pública, con el aporte al PIB del 16,81% para 2019.  

Composición de la industria
A partir de 2011, el principal rubro industrial es alimentos (29%), seguido por refinación del petróleo (21%), que por mucho tiempo lideraba en la generación de valor agregado hasta 2010. En tercer lugar se encuentra minerales no-metálicos (14%), seguido por bebidas y tabaco (11%).
Arze complementa que el crecimiento del rubro alimentos en la última gestión ascendió a 4,7%, por debajo del desempeño que tuvo la industria en su conjunto a nivel departamental y por debajo del crecimiento promedio del último decenio y quinquenio.
“A pesar de este escenario, sigue siendo un eslabón fundamental de encadenamiento, vinculado directamente al sector agropecuario y comercial”, remarca el ejecutivo de la Camind.
El crecimiento del rubro bebidas y tabaco llegó a 3,9% y su presencia y aporte a la economía industrial de Cochabamba es del 10,6%.
Por último, los textiles y productos de madera crecieron, pero poco, su presencia en la economía industrial departamental igualmente es de las menores. Son rubros que, con políticas adecuadas, podrían presentar mejoras sustanciales.
Las empresas manufactureras están diseminadas principalmente en el eje Sacaba-Cochabamba-Quillacollo y las que se hallan asentadas en el centro de la ciudad están imposibilitadas de cumplir con los requisitos de protección al medio ambiente, siendo que a partir de 2002 se empezaron a ubicar nuevas inversiones manufactureras en el Parque Santiváñez.

Rubros destacados
Alimentos es lo que más destaca, con un crecimiento del 3,7% a nivel nacional, muy por debajo del 4,7% alcanzado por Cochabamba en la pasada gestión; sin embargo, en ambos casos se presentó una ralentización respecto al dinamismo del año previo. La Llajta representa el 14,2% de la industria de alimentos en el país, ocupando la segunda posición.
La participación en la industria de bebidas y tabaco ubica a Cochabamba como la tercera región. Textiles es uno de los que tiene mayor relevancia para la región. Su participación en la producción nacional asciende a 18,8%, muy importante al constituirse en una actividad intensiva en mano de obra. Desafortunadamente, señala Arze, por varios años el dinamismo de este rubro fue inercial, producto del ingreso de productos de contrabando, importación de productos chinos e incluso el ingreso de ropa usada.
La industria de la madera posiciona al departamento como tercero en este rubro, y su participación mermó en el último decenio casi en un punto. Durante 2018, el dinamismo de este sector fue bajo, tanto en el contexto nacional como departamental. La participación de Cochabamba llega a 20,6% en la producción real del rubro.
Los Productos de Minerales no Metálicos registraron una significativa aceleración respecto a 2017, pero en Cochabamba el decrecimiento de este rubro persiste, con un -10,42%. Esta actividad está vinculada al dinamismo del sector construcción pero con rezago y responde también a otros elementos que frenan el repunte de este rubro.

Monica Briançon Messinger

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