El temor que sentimos al escoger un vino
Para algunos, una de las peores cosas que puede pasar al llegar a un restaurante, después de salvar el primer obstáculo que es escoger la comida, es tener que escoger el vino. ¿Cuántas veces ha pasado que la carta de vino de muchos restaurantes no da la información adecuada de su oferta vinícola o, por lo menos, una guía de lo que ofrece el establecimiento; estas falencias limitan que podamos escoger correctamente un vino y probablemente elegiríamos uno que conozcamos por haberlo tomado antes, porque sale en algún comercial o porque nos lo aconseja el camarero que, tal vez, quiera vender algo que no estará acorde a lo que pedimos para comer, pero que debe sacarse del stock.
Una carta de vinos elaborada por un sommelier o enólogo debe contener, además del nombre de la bodega y del vino, el tipo de uva o uvas con las que ha sido elaborado, si es un vino joven o con crianza en barrica y de cuantos meses, asimismo le añada el porcentaje alcohólico en volumen, y una reseña de su maridaje acorde a la oferta gastronómica. Estos datos nos servirán de guía para conocer más las bondades de los diferentes vinos que podríamos escoger y adentrarnos más en el mundo del vino.
De hecho, ayuda mucho que exista información pertinente acerca de las cepas de vino, ya que muchas de éstas confieren aromas y sabores característicos de un producto específico. Por ejemplo: los vinos hechos con Cabernet Sauvigon presentan aromas a grosella, cerezas y ciruelas y, dependiendo del nivel de maduración, el aroma típico de esta cepa a pimiento verde. En boca se presenta muy frutal y bastante robusto que, dependiendo de la barrica, se redondeará al paladar y nos ofrecerá taninos educados, sin perder la fortaleza al final.
Otro ejemplo de las cepas más difundidas en el medio es el Tannat, cuya corpulencia, taninos en boca y notable fructuosidad a moras, logra que sea unos de los preferidos por los amantes del vino. No olvidemos a los especiados por naturaleza, como el Merlot y el Syrah que matizan, además de la fruta madura, canela, clavo de olor, pimienta blanca y negra.
Los vinos Blend, Coupage o mezcla de cepas logran tener su espacio y predilección y por esto los vinos que se elaboran así logran un producto final por la combinación de varias cepas, donde cada una aporta características y complementa a las otras para conseguir uno más equilibrado y redondo.
De igual manera el que sepamos el tiempo de crianza en barrica del vino que escojamos es importante puesto que el recipiente de roble aporta aromas y suaviza la textura del vino, creándonos una mejor experiencia en aromas y al paladar.
Por otro lado, tenemos a los vinos rosados y blancos que son relegados por la falta de costumbre e información, aunque estos crean un abanico increíble de combinaciones, tanto como aperitivos en temporadas cálidas o como el acompañante perfecto para pescados, mariscos e incluso carnes de res, dependiendo de la cepa claro está, ya que la acidez que poseen va de la mano para realzar los sabores ahumados y especiados de las carnes rojas como hace, por ejemplo, un vino de Riesling o Moscatel.
Vale la pena mencionar a los olvidados de las cartas de vino en general, los espumosos, cuya característica primordial al contener burbujas lo hace un vino más completo en este juego de sabores y aromas, ya que su propia naturaleza le provee de un sinfín de alternativas para su maridaje. Puede servirse un Brut Nature como aperitivo, seguir con un Brut o Extra Brut como acompañante de platos fuertes y un Sec o Demi Sec como complemento para postres.
Siendo tan amplia la gama de productos gastronómicos, es menester contar con la guía de una carta de vinos con una buena descripción que ayude a lograr la elección más acertada, ya que de eso se trata lograr el complemento de dos mundos que poco a poco logra adeptos por esta particularidad, la de unir los sabores y aromas, y transportarnos a sensaciones que, de la mano del vino, harán de cada bocado y cada sorbo una experiencia única.