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Carnaval de Oruro y de Bolivia, una puerta al mundo

La espectacular riqueza folklórica de Bolivia se resume en su carnaval, cuyas características atraen la mirada de propios y extraños.

 

Manolo Sandy Santos Roca*

La máxima muestra de devoción y folklore de Bolivia sin duda alguna es el tradicional Carnaval de Oruro, donde miles de danzarines convergen, comparten y expresan su fe a través de las danzas tradicionales, enalteciendo la cultura nuestra. El Carnaval de Oruro es una celebración caracterizada por el sincretismo religioso y cultural. Por una parte, se tiene la tradición grecorromana, de más de 2000 años de antigüedad, que se transformó a lo largo de los siglos con el catolicismo.

Esta declaratoria indica: «La fiesta de Ito fue transformada en un ritual Cristiano, celebrado en la Candelaria (el 2 de febrero) y la tradicional diablada, adoración al dios Uru o Tiw (Tío), que llegó a ser el baile principal en el Carnaval de Oruro». Con estas características, transformadas en ritual cristiano, el Carnaval de Oruro obtiene el título que hoy por hoy ostenta otorgado por la Unesco como «Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangibles de la Humanidad», puesto que ha sido capaz de generar manifestaciones culturales parecidas a otros espacios geográficos del mundo.

La figura central del Carnaval de Oruro es la Virgen de la Candelaria o más conocida como la «Virgen del Socavón». La gente baila por devoción a la Virgen que es la patrona de la ciudad. Los bailes más tradicionales son la «Diablada», una danza llamada así por la careta y el traje de diablo que usan los danzantes.​ Ésta representa el enfrentamiento​ entre las fuerzas del bien y del mal. Los elementos utilizados en la vestimenta de los danzantes se convirtieron en típicos y propios de Oruro, Bolivia.

La peregrinación hacia la Virgen del Socavón, presidida por el obispo de la Iglesia Católica, se inicia desde muy tempranas horas, encabezado por los dirigentes de la Asociación de Conjuntos del Folklore de Oruro, autoridades locales y nacionales que son tentados a asistir a esta actividad donde confluyen propios y extraños.

 

Folklore

En la festividad participan más de 52 conjuntos folklóricos agrupados en 18 especialidades de danzas, que realizan su peregrinación hacia el Santuario del Socavón, cada sábado de carnaval, en la denominada tradicional «Entrada». El carnaval de Oruro es la conjunción de más de 30.000 danzantes y cerca de 10.000 músicos, distribuidos en 150 bandas, que bailan a lo largo de 4 kilómetros de calles, en las que se han preparado escenarios para más de 300.000 espectadores del país y extranjeros. Es una reunión inimaginable de niños, niñas, mujeres y hombres que cantan, bailan y trabajan en honor a la Virgen del Socavón, Patrona de los mineros y Reina del folklore de Bolivia que ha llegado a convertirse en un centro de irradiación de danza y música no solo de diabladas, sino también de morenadas, caporales, tobas, tinkus, salay, doctorcitos, kullawadas, etc.

El gran desfile folklórico asombra a los visitantes y a los propios de esta tierra que se convierte en la Capital del Folklore de nuestra amada Bolivia y por qué no, en la capital de la algarabía y la alegría hasta altas horas de la noche y parte de la madrugada, donde no se denota cansancio, ya que se contagian con los ritmos emitidos por los instrumentos de percusión y vientos, en su mayoría.

 

Economía

Los reportes del Ministerio de Cultura reportan que el flujo de espectadores sobrepasa las 300.000 personas entre nacionales y extranjeras, y el movimiento económico en Oruro alcanza a Bs 127 millones.

Hoy por hoy existe una extensa agenda con los convites, el encuentro coreográfico de bandas, el festival de bandas, la fiesta de la candelaria (Virgen del Socavón) que su finalización da paso a la fiesta de «Tentaciones» que llega a ser la otra cara de la Obra Maestra, denominada también Carnaval del Sur, una actividad rearticuladora socio–comunitaria rural en la ciudad de Oruro, donde sus protagonistas son las Comparsas de Tentaciones. Con esto culmina y cierra con broche de oro el Carnaval de Oruro en los barrios periurbanos, particularmente en la zona sur, zona este y zona norte de esta ciudad como parte del ciclo agrícola y como agradecimiento a la «Pachamama», particularmente en el periodo del «jallupacha» o ciclo del periodo de lluvias.

 

Historia

Su data es de principios del siglo XX. Antes, mucho antes, era protagonizada por los mismos danzarines de los conjuntos folklóricos que participan en el Carnaval de Oruro. Se reunían a primera hora del Domingo de Tentación para ir bailando al ritmo de huayños hasta la zona Agua de Castilla. Allí compartían un día de campo y el festejo continuaba con manjares y bebidas. No faltaba la música. Cuando la tarde moría, retornaban bailando por las calles de la zona sur hacia el centro de la ciudad, daban una vuelta por la plaza 10 de Febrero, y el festejo culminaba en los locales de fiesta.

En la década de los años 20 del siglo pasado, vecinos de las calles Pagador y Santa Bárbara se reunían para festejar el Domingo de Tentación, pero a su manera, con un ritmo diferente basado en los 15 y 25 compases. 

El festejo hace un alto durante unos años debido a la Guerra del Chaco (1932-1935), posteriormente se retoma la celebración de tentaciones y en 1936 se funda la primera comparsa organizada, bautizada como Unión Santa Bárbara. Es a partir de ese momento que la Entrada de Tentaciones cobra vida y se realiza año tras año. Luego se fundan otras comparsas como la Unión Comercial, Unión Litoral; la Gran Tradicional Diablada Auténtica; también tiene su propia comparsa como es denominada Comparsa de los Matarifes cuya presentación es distinta al resto. De la zona oeste de la ciudad también emerge la comparsa del K´uchu que hace gala de su juventud y donaire para alegrar el Domingo de Tentaciones, fiesta que se extiende por tres días.

A diferencia de lo que se denomina pasantes en los conjuntos folklóricos, en las comparsas se los nombra con el sello de «cabecillas». La celebración que realiza cada comparsa es a devoción a la Virgen del Socavón a quien le dedican toda su fe. En la ciudad de Oruro la fiesta de Tentaciones tiene matices más autóctonos en este sector, con residentes paceños que se encargan del festejo.

 

Potosí, riqueza Cultural

del Carnaval Minero

El carnaval potosino empieza el martes de Ch'alla, una de las tradiciones más arraigadas. Ese día las «cancha–pampas», los socavones mineros, los ingenios para la molienda de minerales, viviendas particulares, al igual que las casas de hacienda, terrenos de cultivo, movilidades de transporte y todo cuanto se ha adquirido reciben el enflorecimiento o alegoría como un reconocimiento al poder espiritual de la Pachamama.

Se dice que si la casa, la mina o los objetos propios de cada familia que no reciben la Ch'alla, con el convite y el tradicional ponche potosino, es seguro que no tendrá la gracia o favor que ofrece el espíritu de la madre tierra.

En el pasado había también la costumbre de realizar la wilancha (sacrificar) a la llama y la alpaca, con cuya sangre regaban las puertas de sus casas, las bocaminas, los ingenios y todo lugar de trabajo, pidiendo a la Pachamama prosperidad en la cosecha, en el comercio y principalmente en la mina y salud.

Hoy por hoy el Martes de Ch'alla es la oportunidad en la que comparten en familia y preparan una parrillada como parte de las tradiciones la cual comparten con amigos y familiares.

 

Tarija, tierra del

Carnaval más Churo

El carnaval de Tarija es otro de los carnavales más importantes de Bolivia. Esta fiesta comienza con un mes de anticipación, con recorridos de comparsas y bandas por las calles. La tradicional «Caballada» es el anuncio del Carnaval Chapaco. Es la primera actividad en la plaza principal donde chapacas y chapacos entran en una gran rueda bailando, además de hermosos caballos de diversas comunidades con sus jinetes y mozas engalanadas de flores.

De acuerdo con la agenda, se realiza la elección de la «Reina del Carnaval Chapaco del Área Rural», en la comunidad de Tolomosa, desde tempranas horas de la mañana, aunque por otro lado el público también puede presenciar y participar de otras actividades como el concurso de la chicha, la mejor copla y los erqueros.

El gran «Jueves de Compadres» es donde los hombres chapacos demuestran su amistad. El siguiente jueves es el gran «Encuentro de Comadres» en la plaza principal Luis de Fuentes y Vargas, donde se intercambian tortas y dan inicio a su tradicional gran entrada.

Tanto hombres y mujeres transitan las calles de la ciudad con hermosas canastas adornadas con fruta de la temporada, dulces, flores, queso, tortas, etc., todo en una gran canasta con globos y serpentinas. Quien recibe el presente se convierte en compadre o comadre y se compromete a acompañar en las buenas y en las malas a su nuevo pariente espiritual. Esto se realiza un jueves, que es el jueves de compadres, la siguiente semana es el jueves de las comadres. Por las noches las mujeres de Tarija salen a la plaza a bailar con sus tortas. Las comparsas tienen como costumbre llevar un diablo enjaulado a la plaza, donde se libera de su cautiverio; este acto da inicio a la fiesta. Tarija es famosa por la belleza de sus mujeres.

Es interesante ir a los pueblos porque cada uno presenta sus manifestaciones folklóricas. Al comienzo de la cuaresma, se entierra al diablo en una fiesta especial, evento único en el cual los tarijeños usan una máscara elaborada con cuernos de oveja, chivo o vaca, imitando al diablo. Mientras un hombre le abre paso al diablo, va detrás la «Negra Santera» pintándole la cara a los curiosos con hollín. A ellos les sigue el diablo y los grupos carnavaleros.

Durante los días de carnaval, los niños tienden a mojar con globos llenos de agua y chisguetes. La gran parte de la población se reúne en la plaza principal a mojar a los que pasean por ahí.

Este carnaval concluye con el entierro del diablo acompañado de coplas, ruedas y cuecas comenzando así la Pascua Florida en la comunidad de San Andrés.

 

Sucre y su Carnaval de Antaño

En esta ciudad se realiza un desfile con el fin de rescatar el carnaval boliviano de antaño. Este carnaval se caracteriza por las damas de la época con vestidos, máscaras, estudiantinas y otros.

Los cascarones llenos de perfume y tapados con una tela para que no derrame el perfume se regala a las personas que visitan este carnaval. Antiguamente los varones lanzaban cascarones a una dama que se encontraba en el balcón de su casa, las mujeres esperaban mirando en los balcones a donde los comparseros les lanzaban los cascarones de huevo llenos de agua con perfume y ellas, al recibir, también respondían. Era un signo de coqueteo.

Los incentivos o premios en las diferentes categorías son denominados como cascarón de oro, plata y bronce, van desde los 1.000 a 4.000 bolivianos, según la categoría. Esta actividad nació a iniciativa de Radio La Plata hace 20 años.

También es tradicional el consumo de sándwich de palta o aguacate, que se acompaña con cebolla y tomate. También se consume la leche de tigre y los confites, que son dulces preparados con base en azúcar y pueden estar rellenos con almendra o maní. En los días de carnaval en las calles de la capital de Bolivia las personas juegan a mojar con globos de agua y a salir a bailar acompañado de una banda o sicuris (son un conjunto musical acompañado de zampoñas, quenas, charangos y otros) que interpretan coplas tradicionales de la región.

 

El carnaval, la Fiesta

Grande de los cruceños

El Carnaval es considerado la fiesta grande de los cruceños y su popularidad se mantiene inalterada en todo el oriente de Bolivia, caracterizándose por las fiestas, que al son de bandas de música, tamboritas y copleros, organizan las diferentes comparsas, con el apoyo de los municipios y la participación de la mayor parte de los pobladores. Aunque es de origen pagano, esta fiesta que antecede en tres días al inicio de la cuaresma de la Semana Santa, en la práctica se inicia a principios de cada año, pudiendo durar más de dos meses. En Santa Cruz de la Sierra es donde presenta mayor complejidad, estando constituido por las fiestas carnavaleras, el correo del carnaval, la coronación de la reina, las once noches de mascaritas, las coronaciones de la reina infantil y la reina de antaño, los corsos infantil y de las ciudadelas, el corso de carnaval o principal, los tres días de mojazón, el miércoles de ceniza y el carnavalito o entierro del carnaval.

Las fiestas precarnavaleras se inician el primer fin de semana de enero y se repiten todos los fines de semana, con desfiles de carros alegóricos con temas universales o de sátira política, armados por las diferentes comparsas o agrupaciones carnavaleras disfrazadas de acuerdo al tema elegido, que bailando recorren la calle 24 de Septiembre hasta la Plazuela del Estudiante, siempre acompañados de la reina del carnaval quien luce un carro alegórico y un traje de fantasía diferente cada noche en conjunto con la comparsa coronadora. Una semana antes del corso de carnaval se celebra el correo del carnaval con la tradicional lectura de bandos carnavaleros, que no son más que una especie de ordenanzas del municipio cruceño con tomaduras de pelo a las autoridades y personalidades del quehacer político, cívico y cultural.

La coronación de la reina del carnaval es generalmente el jueves antes del corso, es un espectáculo temático que requiere meses de ensayo por la comparsa coronadora del carnaval, seguido de una gran fiesta popular, donde acuden todas las demás reinas de comparsas, ataviadas con sus elegantes trajes de fantasía bordados con pedrería, lentejuelas y plumas de avestruz, faisán y otros adornos, alusivos a alegorías universales o de corte típico costumbrista.

El viernes antes del corso es generalmente la coronación de la reina de antaño, que anualmente se celebra para beneficio social con un espectáculo de humor y sátira, verdadero despliegue del espíritu alegre del cruceño.

Cochabamba expresa una

simbiosis en su carnaval

Los españoles introdujeron dos manifestaciones del carnaval, la de las clases llamadas altas, celebradas en salones a la manera española, y el popular en las calles. Ambos se distinguían por el tipo de música, bailes y comidas. No es posible establecer desde cuándo se celebra el carnaval en Cochabamba, probablemente, con intermitencias, desde el siglo XIV. Es seguro que para fines del siglo XVIII existía esta festividad, por entonces denominada «carnestolendas», que duraba desde el domingo de tentación hasta el miércoles de ceniza, según el investigador e historiador, Gustavo Rodríguez Ostria. 

En los años 40s del Siglo XIX, a poco más de veinte años de lograda la independencia de España, en la pequeña ciudad de   Cochabamba todavía predominaba aquel carnaval colonial, fuertemente enraizado en tradiciones agrarias y religiosas de origen medieval europeo La calle era el lugar predilecto de los sectores plebeyos y populares. En ella tocaban y danzaban bailecitos de la tierra. Los bailes de procedencia negra y altoperuana, con gestos eróticos, y la zamacueca, baile de pareja suelta, también eran muy requeridos.

Hace varias décadas, en Cochabamba el carnaval era sólo una tradición fundamentalmente del campo. Esta costumbre se efectuaba en honor de las bondades de la tierra y en celebración por el éxito de las labores agrícolas. En los pueblos las comparsas, compuestas sobre todo de mujeres, que llevaban vestidos coloridos y sombreros blancos, se disponían a darse paso por las plazas, entonando picarescos cantos al compás de los instrumentos.

Hasta la década de 1960, las comparsas se reunían en los salones de baile, quienes bailaban al compás de la música popular. Estas comparsas solían salir a las calles ya de manera menos frecuente. Los barrios de los alrededores de la ciudad conservaban la tradición de las melodías folklóricas propias del carnaval, taquipayanakus, coplas y contrapuntos, en tal resultado que reproducen de alguna manera la tradición campesina de los valles.

En la década de 1970, aparece el festejo del carnaval como lo conocemos hoy, con un recorrido establecido. Desde entonces y hasta estas fechas, las tradiciones y costumbres se han ido transformando en la medida que la modernidad ha conseguido reproducir cierta simbiosis con las identidades de otras regiones del país.

Uno de los días más festivos es el martes de Ch’alla, rito andino que ha logrado constituirse como una de las costumbres más arraigadas de nuestro pueblo. Consiste en challar y/o echar con bebida y realizar otro tipo costumbres como la K’oa.

En la actualidad, se ha vuelto famoso el «Corso de Corsos» o «Corso de la Concordia», que se realiza el sábado siguiente al martes de ch’alla, determinación tomada hace algunos años, para no coincidir con la fastuosa entrada en Oruro.

El «Corso de Corsos» conlleva aspectos socioculturales, comenzando con la participación de las unidades militares, cuyos soldados le colocan el humor a la fiesta y que, a su vez, son el preámbulo al ingreso de las fraternidades de caporales, morenadas, salay, chacareras, tinkus, chapaqueadas, pujllay, en fin.

* Comunicador Social y Artista Musical

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