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Covid–19 impacta en la economía boliviana

Se advierte que, en la medida que las cuarentenas se mantengan y sean más rígidas, mayor será el impacto económico negativo a corto plazo.

 

«O nos unimos o nos hundimos», es el clamor del presidente de la Cámara Departamental de Industria de Cochabamba (Camind), Ramón Daza Salamanca, al notar que, a raíz de la emergencia nacional, sumada a la consecuente cuarentena dictada por el gobierno nacional, la economía boliviana sufrirá efectos devastadores.

Los directores del Banco Central de Bolivia (BCB), Walter Morales y José Gabriel Espinoza, concordaron que la situación que vive el país es excepcional y supera a cualquier otro evento que se haya podido revisar en los anales de la historia.

Morales dijo que los mercados internacionales ya venían afectados debido a la crisis vivida a inicios de este milenio, y Bolivia estaba viviendo una desaceleración económica, además de haber heredado debilidades fiscales, haciendo que la situación sea difícil.

Por su parte, el director Espinoza indica que «Bolivia viene arrastrando una economía informal en la que el 70% del empleo es de esa clase. El 85% de las exportaciones está concentrado en siete productos, y heredamos un Estado que ha perdido el foco respecto de lo que debería de hacer. Cuando asumimos el gobierno éste tenía un fuerte gasto en empresas públicas, descuidó salud y educación. Es decir, no hizo la tarea en 15 años y debimos modificar muchas cosas. Pero no hay cómo comparar con otros momentos, este momento acelera algunos procesos y lleva a repensar tendencias y rutas a largo plazo».

La Comisión Económica para América Latina (Cepal) afirma que la pandemia del COVID-19 llevará a la mayor contracción de la actividad económica en la historia de la región que caerá en un -5,3% en 2020. Esta entidad recalca que la crisis provocará, en el mediano plazo, cambios estructurales en la organización productiva, el comercio internacional y el modelo de globalización.

Para la Dirección de Estudios Macroeconómicos del Banco de desarrollo de América Latina (CAF), el crecimiento real del Producto Interno Bruto (PIB) de la región este año será del -5,6%, para 2021 se prevé un crecimiento positivo del 2,8% y para 2022 del 2,5%. En cuanto a la tasa del desempleo, en los mismos años, ésta será del 11,8%; 9,6% y 7,9%, respectivamente.

Otro indicador que emana de este banco es el de la inflación, que en 2020 llegará al 7,2%; el siguiente año al 6,3% y el año subsiguiente será del orden del 5,3%.

 

OPINAN LOS EXPERTOS

El economista y destacado docente de la Universidad Privada Boliviana (UPB), Mauricio Quiroga Martínez, manifiesta que el efecto de la contracción puede ser mayor en Bolivia, ya que muchas preferencias arancelarias se fueron debilitando o fueron perdidas en su totalidad, durante los 14 años del gobierno de Morales, especialmente el acuerdo ATPDEA (Andean Trade Promotion and Drug Erradication Act) suscrito con los Estados Unidos.

«Indudablemente, en el contexto actual en el que nos encontramos, esta situación representa una oportunidad para Bolivia para reactivar esta relación comercial con uno de los socios comerciales más importantes del mundo. Por otro lado, Estados Unidos enfrenta un panorama difícil con su propia economía, con un desempleo que ya bordea el 15 %, con proyecciones a que recién llegue a su tope máximo en junio. Esto hará que la cooperación económica sufra una reducción considerable hacia Bolivia y varios otros países de la región».

El director del departamento de administración, economía y finanzas, de la Universidad Católica Boliviana (UCB), Marcelo Quiroga Soria, habla de la difícil disyuntiva a la que los gobiernos se enfrentan entre parar la actividad económica o parar la pandemia y «en Bolivia quedó claro que cuanto antes se impusieran drásticas medidas para frenar la expansión del virus, se tendrían mejores resultados. Es decir, mientras más rápida puede ser la contención de la pandemia, más pronto será el retorno a lo que llaman la nueva normalidad, situación que algunos grupos sociales no comprenden y determinados entornos políticos al parecer, no quieren entender».

Complementa que «las medidas de contención de los contagios como las restricciones a la movilidad o las cuarentenas, se han impuesto y tendrán que seguir aplicándose de todas maneras hasta llegar, como está sucediendo, al límite de nuestras posibilidades lo que, a su vez, nos están llevando al colapso de nuestro sistema sanitario. Asimismo, se advierte que en la medida que estas determinaciones se mantengan y sean más rígidas, mayor será el impacto económico a corto plazo”.

 

LOS EFECTOS PARA BOLIVIA

La Dirección de Estudios Macroeconómicos de la CAF avizora en sus proyecciones económicas un panorama levemente alentador con relación al total de América Latina. En ese sentido, considera que el crecimiento real del PIB para este año será del -1,4%, para 2021 será del 1,8% y 2022 será de un estimado 2,2%.

En cuanto al PIB per cápita expresado en dólares este año llegará a los 3.441 y en dos años más a 3.543, es decir con poca variación, inclusive en relación a 2018 cuando llegó a 3.496.

Estas cifras macroeconómicas pueden, a primera vista, parecer óptimas en un escenario por demás confuso, sin embargo, profundizando en estos datos, Quiroga Martínez expresa que los efectos en la pobreza y extrema pobreza serán profundos y más severos de lo previsto, porque ciertos índices han sido manipulados por mucho tiempo con fines políticos en Bolivia.

«Las verdaderas cifras de pobreza y extrema pobreza son y serán mucho más elevadas, por ende, la crisis tendrá consecuencias devastadoras para estos segmentos más vulnerables de nuestra sociedad. La Cepal estima que la tasa de la pobreza en la región aumentará hasta llegar al 34.7 % y la extrema pobreza a 13.5%. Cifras que pondrán a casi la mitad de la población en condición de sobrevivencia en Latinoamérica. Esto significará un aumento de 45 millones de personas a la posible hambruna cotidiana. Condiciones que pienso son aún más pronunciadas en nuestro país. Esto pinta un futuro incierto para la mayoría de nuestros niños, donde el simple hecho de poder alimentarse es la condición del diario subsistir», manifiesta el economista.

Añadiendo a estas profundizaciones, el director Quiroga Soria apunta que si bien inicialmente se esperaba una recuperación relativamente rápida, esto no fue así y el frenazo económico puede durar más de lo esperado, lo que requiere una respuesta de política económica fuerte —tanto fiscal como monetaria— y el suficiente liderazgo y coordinación política para frenar el miedo de la ciudadanía ante la epidemia, pero también las medidas de alivio económico necesarias que permitan paliar la situación y evitar, como está sucediendo, aprontes de desobediencia civil que más de alguno quiere aprovechar debido a que en Bolivia no existe una sociedad cohesionada capaz de afrontar mejor el reto.

 

RESERVAS Y TIPO DE CAMBIO

El director Morales del BCB rememora que el país se benefició del súper ciclo de materias primas y se llegó a acumular $us 15 mil millones en reserva, pero cayeron cuando hubo «una hemorragia de divisas hasta 2019 cuando asumimos la administración del BCB y la detuvimos y veo que no es una urgencia acaparar dólares».

Agrega que el BCB garantiza la liquidez, y que ahora hay la necesaria, ya que se encuentran en circulación entre Bs 7 mil 10 mil millones.

En cuanto al tipo de cambio, Morales comenta que han hecho muchos análisis al respecto y han determinado que no hay ningún beneficio rápido en una devaluación y que la misma traería más problemas que beneficios. El director Espinoza recalca esta idea y exterioriza que «no es necesario mover el tipo de cambio porque cuando los empresarios dicen que ganan competitividad están dentro de una visión de corto plazo, y no incidirá en la productividad de los productos bolivianos, porque están influidos por la falta de vinculación y logística. Por el lado de las familias afectaría a las expectativas de las familias. Y las empresas y las familias no viven de productos importados, 25 centavos de cada dólar gastado es para lo importado y 75 centavos es para producto nacional».

«Estamos en una crisis profunda y prolongada y el gobierno está haciendo lo que tiene que hacer. Hay que reajustar el nivel de deuda», añade.

MEDIDAS REALIZADAS

Entre las medidas adoptadas por el gobierno nacional, destacan un fondo por Bs 1.500 millones para otorgar créditos de funcionamiento y operación dirigido a la microempresas y Pymes. Los créditos tendrán un plazo de cinco años con un año de gracia. Se ha modificado el pago del Impuesto a las Utilidades del 30 de abril a este fin de mes y se permite el pago en tres cuotas sin intereses si se paga el 50% en efectivo hasta esta nueva fecha y se permite la deducción en el impuesto a las transferencias del IVA efectivamente pagado y se permite la deducción del IVA de gastos en alimentos, medicamentos y educación para profesionales independientes.

Asimismo, se autorizó el diferimiento de las cuotas correspondientes al pago de las amortizaciones de crédito a capital e intereses por marzo, abril y mayo. Las cuotas diferidas no generarán ni devengarán intereses u otros costos. En los seis meses posteriores al último diferimiento las entidades financieras definirán con sus clientes los términos de pago de las cuotas.

El presidente de la Asociación de Bancos (Asoban), filial Cochabamba, Carlos Quiroga Bermúdez, exterioriza que «la banca ya desembolsó Bs 350 millones y se tiene en proceso Bs 555 millones, y de concretarse, en los siguientes días, se llegaría a Bs 905 millones de los 2.000 millones y estos montos asignados van para el plan de financiamiento de planillas».

Sin embargo, advierte que el inconveniente principal para el plan de financiamiento de planillas es que no llegue a todos los emprendimientos, que no son las garantías como tal, dado que los bancos no evalúan crediticiamente a los clientes basándose en las garantías, sino que lo hace en función a la potencialidad de sus flujos, en este caso, flujos proyectados.

«No obstante, esta evaluación se la hace con información financiera formal y en nuestro país la mayoría de los emprendimientos son informales o semi-formales, consecuentemente esta situación se complica cuando se tiene que evaluar financieramente. Por otra parte, no todos los trabajadores están formalmente registrados (no cuenta con ROE y AFPs), lo que sí es un requisito establecido por el Decreto Supremo», complementa el presidente de Asoban Cochabamba.

Sin embargo, el director Quiroga Soria observa que «estas necesidades de liquidez ponen en evidencia uno de los principales problemas que tenemos como sociedades: no se tiene una cultura seria de ahorro y previsión, ya que cuando se presenta la crisis se hace más que evidente que ni los gobiernos, ni la mayoría de las personas están preparadas para afrontar una crisis financiera importante, y ante esta situación la única forma de salir del problema parecería ser tomar deuda, lo que podría generar un problema a futuro».

MEDIDAS POR EFECTUAR

Morales, del BCB, sostiene que «no importa cuántos programas lance el gobierno, se debe mantener la solidaridad, no realizar despidos, cumplir con obligaciones, hacer operaciones más óptimas, y la familia, empresa y Estado tienen que coordinar».

Espinoza es de la idea de que el desafío para las familias será encontrar nuevas habilidades y adaptarse a este nuevo momento: “Hay que ponerse muy creativo, digitalizarse, somos vulnerables ante este elemento y es un virus fuerte en contagio, pero la tasa de letalidad es baja en comparación a otros virus».

Observa que la receta es la misma y la siguen casi todos los países: preservar fuentes de empleo, otorgar bonos y créditos para capital de trabajo para las empresas, por tanto, las empresas deben mantener su cadena de pagos, pagando a sus proveedores, a los créditos asumidos con los bancos y los consumidores.

En cuanto al consumo, declara que éste no ha caído tanto como uno pensaría y que alimentos, salud y alquileres se han mantenido. Lo que sucederá es que el consumo se reconstituirá y el consumo de suntuarios se verá frenado.

«Se deben reconvertir los canales tradicionales de venta, que seguirán afectados en los siguientes meses, hay que repensar y rediseñar el modelo de negocios, menos mesas en los restaurantes, plataformas digitales, y en la industria manufacturera no deberá pensar en el producto que hace, sino en la actividad que se tiene. El cliente final comprará menos poleras, pero comprará más barbijos», señala el economista y director del BCB.

El economista y docente Quiroga indica que, además de concretar planes para acceder a un financiamiento multilateral y líneas de crédito, hay que desarrollar una estrategia más allá de una simple visión de salvación inmediata. Una visión de país donde empezamos a trazar modelos económicos y cadenas de producción en varios rubros que aseguren nuestra seguridad alimentaria y la de todos nuestros socios comerciales.

«Bolivia es y ha sido históricamente un país con un surplus alimentario, y cuenta con una ineficiencia histórica en cadenas productivas, que fácilmente nos sitúa en el tope en ambos contextos. Agravando el deterioro de los indicadores laborales en la región está el alto nivel de empleo informal, acompañado de la poca protección y apoyo hacia la pequeña y mediana empresa en la región, particularmente en Bolivia. Un alto número de personas no cuenta con una red de ayuda socio-económica, más allá de simples bonos, en un esquema que se torna insostenible en el tiempo, acelerado por la caída del principal ingreso de un modelo extractivista siempre acuñado por interés políticos del gobierno de turno», ahonda el experto.

Retornando al tema de las deudas contraídas, gracias a que el gobierno nacional solicitó créditos de al menos $us 1.000 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI), CAF, Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre otros, para inyectarlos en la economía ante la pandemia, obliga a que el país tome medidas prudenciales con relación al endeudamiento, políticas de ahorro pertinentes en los sectores que puedan postergarse y sobre todo pago oportuno ante las obligaciones contraídas con el fin de mantener la credibilidad ante los entes financiadores.

«Lo mismo deberá aplicar la población siguiendo los sabios concejos que nos dicen: ahorra de manera constante para enfrentar estas crisis, si tomas crédito que sea de manera prudente y el pago debe ser oportuno», remarca Quiroga Soria.

Además del consejo está el remate de Quiroga Martínez quien comenta que «parece que la pandemia traerá consigo mucha unión en el espíritu humano, pero esperemos que también traiga independencia y propulsión al desarrollo de industrias estratégicas, tanto en Bolivia como en los países hermanos. En perspectiva, esta situación traerá consigo oportunidades de desarrollar la seguridad alimentaria de la región y el mundo, una coyuntura donde Bolivia debe jugar un papel central. ‘Nearshoring’ y ‘reshoring’ aventajarán la producción agrícola de un país que históricamente ha tenido ventajas competitivas muy poco aprovechadas en algunos sectores estratégicos a nivel regional y global. Todo esto tendrá que ser impulsado por un gobierno tecnócrata y un sistema financiero que desplace a un jurásico de depósitos y préstamos».

 

«Bolivia no será la excepción en tener que tomar medidas trascendentes y contundentes para paliar los efectos estructurales en el ámbito socioeconómico. Los cinco canales de cómo se ha transmitido la crisis del coronavirus a Bolivia según la CEPAL afectarán de manera directa e inmediata a Bolivia: reducción de comercio internacional, caída de los precios de las materias primas/productos primarios, menor demanda de servicios turísticos, reducción de las remesas y una y el empeoramiento de las condiciones financieras mundiales. Factores que tienen un alto grado de incidencia en el desarrollo sostenible de nuestro país».

Mauricio Quiroga Martínez, economista, docente UPB

 

«El informe de la CEPAL muestra, además, que la pandemia del COVID-19 impactó América Latina y el Caribe en un momento de debilidad de su economía y de vulnerabilidad macroeconómica y que en el decenio posterior a la crisis financiera mundial de 2008, la tasa de crecimiento del PIB regional disminuyó del 6% al 0,2%; más aún, los últimos cuatro años fue el de menor crecimiento desde la década de 1950 (0,4%), lo que obliga a países como Bolivia a tomar medidas prudenciales con relación al endeudamiento, políticas de ahorro pertinentes en los sectores que puedan postergarse y sobre todo pago oportuno ante las obligaciones contraídas con el fin de mantener la credibilidad ante los entes financiadores».

Marcelo Quiroga Soria, economista, director en la UCB

 

 

«O reconstruyes la mesa vieja y juegas a las damas chinas o construyes una nueva mesa con seis patas y juegas ajedrez. Se necesitan medida de shock y pensar en la Bolivia de aquí a 15 años, como un estadista, con un buen sistema de justicia, un adecuado clima de inversiones y garantías a la propiedad privada».

Ramón Daza Salamanca, presidente Camind

Monica Briançon Messinger

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