Río Rocha, ni tan turbio ni tan claro
Aluminio, Cadmio, Uranio son algunos de los metales que contaminan a la principal vena hídrica de Cochabamba. Pocas y destacadas industrias tratan sus aguas antes de verterlas.
Texto: Monica Briançon Messinger
Fotos: Cortesía de Paul d'Abzac
Una relación de amor y odio, más de este último sentimiento que del primero, es el eterno romance o affaire que sostienen los cochabambinos con su río, el Rocha.
Durante la cuarentena, muchos ciudadanos dieron cuenta, por fotos tomadas por reporteros gráficos o por ellos mismos, del notable esclarecimiento de las aguas de esta vena hídrica que corre por 68 km —desde Maylanco, municipio de Sacaba, atravesando los municipios de Cercado, Colcapirhua, Quillacollo, Sipe Sipe, hasta Capinota, —donde se une al río Arque.
Algunos sonrieron felices y terminaron por aceptar esa frase en la que se menciona que los seres humanos están mejor encerrados en sus casas que contaminando los ríos y lagos.
Al margen de una comprobación pseudo científica, hay un estudio financiado por la Universidad Católica Boliviana San Pablo (UCB) y la Universidad de Limoges (Francia), que evaluó los riesgos ecotoxicológicos relacionados a la contaminación en el agua del río Rocha.
El líder de la investigación, Paul d’Abzac, docente investigador, responsable de la gestión del laboratorio UCB y responsable del Centro de Investigación en Ciencias Exactas e Ingenierías (CICEI), informa que en los hallazgos del estudio se ha podido confirmar el alto grado de contaminación antrópica y evidenciar la alta carga metálica de aluminio, cobre, zinc y uranio, entre otros metales, además de 37 pesticidas identificados.
Entonces, esos primeros logros conquistados por la escasa presencia de actividad humana durante la cuarentena rígida y su influencia en el curso del río parecen no haberlo conseguido.
Es más, ciertos hechos históricos demuestran que desde el siglo XX hubo una lucha sin cuartel contra el Rocha.
Hitos históricos
Mireya Sánchez Echeverría, ganadora del concurso de investigación histórica Josep M. Barnadas, señala en su ensayo Fronteras imposibles. Construcciones y deconstrucciones identitarias de una ciudad que nunca pudo ser que «Desde la fundación de la villa, el río formará parte de la vida cotidiana de sus habitantes; aunque dicha relación irá degradándose paulatinamente con el transcurso del tiempo debido a un mal manejo de su caudal y las distorsionadas ideas de progreso y modernidad».
Según Arturo Alarcón (2013), cita Sánchez, «originalmente, el río se conocía como El Condorillo, hasta que en 1565 el capitán Martín de la Rocha redestinó el curso de agua con el fin de irrigar las tierras que había adquirido al cacique de la región en el valle de Cochabamba. La ciudad fue fundada en sus orillas en 1571, y a lo largo de su historia, el río Rocha ha sido parte integral de su desarrollo, y de la vida de los cochabambinos».
Sus aguas sirvieron para regar sembradíos y para que los niños nadaran a sus anchas, mientras las parejas paseaban por sus orillas donde eran habituales los baños de sanación.
Sánchez continúa con la rememoración histórica y dice que en 1864 se construyó un malecón para impedir su ingreso a la ciudad. Particularmente se protegió la zona comprendida entre la Muyurina hasta el camino de Quillacollo para evitar que su lecho, en un nivel superior al de la ciudad, la inunde.
La ordenanza del 7 de marzo de 1872 decreta levantar un presupuesto para la formación de dos nuevos diques y la reparación del ya existente.
La filósofa e historiadora resume que Cochabamba, una «ciudad moderna» en construcción, internalizó las ideas positivistas de progreso continuo y tecnificación, como vía para insertarse en la corriente civilizatoria, por lo que libró una guerra contra el río.
«A lo largo de la mitad del siglo XIX las ordenanzas relacionadas con el río Rocha establecen formas de trabajo por cuadrillas de vecinos, indicando detalladamente su organización. Generalmente estos trabajos se realizan una o dos veces al año, los días domingos desde las 9 de la mañana durante cuatro horas. El punto de encuentro: la plaza de armas, a la cabeza de la corporación municipal. La señal para la reunión, tres tiros de cañón y un repique general de las campanas», abrevia la ganadora del concurso.
Remata esa parte de su investigación manifestando que «el gobierno de la ciudad internalizó en sus ciudadanos el temor a las aguas del río, la sumisión al orden público y la consolidación del patriotismo decimonónico sustentado en los valores de una emergente identidad burguesa».
Siglo XXI
Las denuncias realizadas por los vecinos son permanentes. El olor que emana el río es fétido, insoportable, provoca náuseas y es percibido a muchos metros a la redonda de sus orillas.
A mediados de mayo de este año la Gobernación, ante notificaciones de vecinos emitidas debido a la presencia de olores nauseabundos provenientes del río Rocha, tomó muestras en el sector donde desemboca la liberación de las aguas residuales de la planta de tratamiento de El Abra, en Sacaba.
El director de Gestión de Aguas, Pablo Matny, informó que existe baja concentración de oxígeno, lo que quiere decir que son aguas con mucha oxidación y olor pestilente.
Indicó que los resultados evidenciarán si la planta de El Abra hace un tratamiento adecuado de las aguas residuales para asumir medidas y coordinar con el municipio de Sacaba «o verificar si son industrias las que contaminan aguas más arriba».
Sin embargo, no es necesario conocer el resultado de esta nueva investigación. Una anterior, ejecutada por la Fundación Gaia Pacha, en 2018, identificó a las descargas de aguas residuales o domésticas las fábricas clandestinas y lavaderos de autos como las principales fuentes de ingreso de contaminantes.
La contaminación del río Rocha por aguas residuales provenientes de industrias corresponde tan solo al 30 %, mientras que el otro 70% es debido al agua domiciliaria proveniente de los municipios dispersos a lo largo de sus casi 70 Km.
Paul d’Abzac sostiene que «la contaminación metálica se relaciona seguramente a talleres, chaperías, curtiembres. La contaminación orgánica proviene principalmente de aguas residuales domésticas, de la agricultura y probablemente de mataderos», con lo que se colige que las industrias legalmente establecidas, no provocan la alta contaminación del río.
Los malos
Varias fábricas clandestinas, que trabajan 24 horas y descargan en la noche y madrugada, y los lavaderos también deterioran la calidad del agua por el uso de detergentes y otros insumos que utilizan.
Otro factor que contribuye a malograr el estado de salud del río Rocha es un acelerado cambio de uso de suelo, con una dinámica de cambio y transición de lo rural a lo urbano.
En el Diálogo por el Agua, el Gobierno Autónomo Departamental de Cochabamba, en el marco de la Agenda del Agua, financiada por la Cooperación Suiza a través de HELVETAS Swiss Intercorporation, ha convocado y encaminado iniciativas ciudadanas orientadas a la temática «Dar la Cara al río Rocha», con la finalidad de involucrar a la población cochabambina en la recuperación del río.
Los comunarios, principalmente los jóvenes, afectados por la contaminación del río, sequía (desecación de vertientes) y la consiguiente pérdida de cultivos, migraron a España, Italia y Argentina. Desde el exterior enviaban dinero a la comunidad para la perforación de pozos, para obtener agua de riego. A su retorno, impulsaron la ganadería y la floricultura, creando la empresa Flores del Prado. Ahora están en permanente búsqueda de mejorar sus cultivos y riego.
El estudio de la UCB indica que «muchas industrias que liberan efluentes al alcantarillado mixto de Semapa no cumplen con los límites establecidos por ley. La planta de Alba Rancho no está diseñada para tratar efluentes con concentraciones de metales, por lo cual los libera al río sin eliminar estas partículas metálicas; el Río Tamborada es un foco muy importante en la contaminación del cauce principal del Río Rocha».
Agrega que «en la parte de Cercado, la actividad agrícola de La Maica tiene el aporte más significante a la contaminación del río en términos de pesticidas. Esta zona se convierte en un sitio potencial para riesgo toxicológico importante por pesticidas polares… empero, los datos de acumulación de pesticidas muestran mayores niveles de carga en Sacaba».
Los ejemplares
Unas cuantas industrias vierten sus desechos hídricos al río Rocha, las mismas han transformado sus procesos para evitar que éstos dañen al río. Estas buenas acciones fueron reconocidas y destacadas por la Gobernación y por la Cooperación Técnica Japonesa (JICA).
Pil Andina S.A., como parte de su política de Responsabilidad Social Empresarial, ha implementado Plantas de Tratamiento de Efluentes Industriales (PTE), que se potencian y modernizan continuamente, para cuidar y preservar el agua.
En Cochabamba, su PTE data de 2009, con una inversión económica que asciende a $us 2.5 millones. Se caracteriza por ser compacta y de alta efectividad.
El agua tratada en esta PTE se reutiliza en riego interno de áreas verdes, descarga de baños en Planta y, finalmente, es dispuesta en las líneas del Servicio de Alcantarillado del Municipio de Quillacollo (Emapaq) en condiciones amigables con el medio ambiente.
La fábrica de Fideos Coronilla tiene procedimientos productivos que no generan residuos líquidos. Los únicos residuos líquidos generados son los provenientes de la limpieza de equipos, maquinarias y superficies.
«Estos residuos son vertidos a la red de alcantarillado de Emapas, pues cumplen con los límites y parámetros establecidos por el RASIM. Los monitoreos de aguas residuales son hechos de forma anual en la empresa, de acuerdo a la normativa ambiental vigente. Los productos utilizados en las limpiezas mencionadas son productos químicos amigables con el medio ambiente que se biodegradan en poco tiempo, ya que contamos con una certificación orgánica que nos impide el uso de químicos que dañen la calidad orgánica de nuestros ambientes y productos», remarca la gerente de marketing de la empresa, Cristina Peláez.
La empresa de papel higiénico Copelme ha realizado inversiones significativas en la implementación, puesta en marcha y mejora de una de las mejores plantas de tratamiento de aguas residuales del país.
El responsable del área, Enrique Nuñez, informa que la gestión operativa se inicia con la separación de sólidos y estabilización de los residuos líquidos en un tratamiento primario cuyo objetivo es homogenizar el agua y permitir una separación de lodos en los procesos fisicoquímicos implementados en la empresa. Una vez estabilizada, homogenizada y reducida la carga orgánica asociada al producto que elaboran, el agua pasa por un tratamiento secundario, donde mediante procesos biológicos (microorganismos especiales que han sido desarrollados para tratar celulosa de papel) se reduce aún más la carga orgánica. Finalmente, el agua residual procesada pasa por procesos de refinamiento para incrementar la calidad del efluente industrial de tal forma que se pueda reutilizar en su proceso, reduciendo la necesidad de agua fresca en el mismo. Este hecho les permite minimizar tanto el consumo de agua como la generación de aguas residuales.
«Toda el agua residual tratada es entregada al sistema público de nuestro Gobierno Municipal que se encarga de su disposición final en su esquema de tratamiento aprobado por las autoridades ambientales locales y nacionales. En ningún momento se vierte agua residual de manera directa sobre el río Rocha», subraya Núñez.
Acota que han recibido asesoramiento de empresas europeas que manejan la tecnología y conocimiento adecuado para encarar este reto ambiental; además, participan junto a las autoridades y organismos de apoyo internacional en los programas de mejoramiento de la calidad hídrica del río Rocha, recibiendo inclusive el reconocimiento de instituciones como el JICA en este tópico que les toca encarar.
¿Qué hacer?
Surge la importancia de analizar los metales y pesticidas presentes en el agua del río Rocha. Además, debido al uso del agua para el riego, existe un riesgo toxicológico por la acumulación de contaminantes en los suelos agrícolas. Estos contaminantes resultan peligrosos por su carácter no biodegradable y su biodisponibilidad, ya que pueden ser absorbidos por las plantas e incorporarse a las cadenas tróficas.
Es así que el investigador d'Abzac se pregunta: «si dejamos de contaminar durante un mes, ¿estaríamos mejor? Es posible, pero no volveríamos a un cuerpo de agua sano en ese tiempo. El agua estaría más clara pero los sedimentos al fondo del río están llenos de estos contaminantes (que no han sido tomados en cuenta en este estudio). La fauna no volvería en una semana».
Y prosigue. «La gestión integral del agua tiene grandes desafíos a largo plazo. La recuperación de un cuerpo de agua contaminado como el río Rocha requiere años y el esfuerzo no sólo de las autoridades públicas, sino de la responsabilidad de cada uno. Este estudio propone herramientas para generar datos adecuados para la toma de decisión y evidencia la necesidad de la colaboración entre entidades académicas y autoridades públicas.
«Viendo el grado de contaminación y el tipo de contaminantes es complicado establecer los tipos de culpables. Obviamente la contaminación metálica se relaciona a talleres, chaperías, curtiembres. La contaminación orgánica proviene principalmente de aguas residuales domésticas, de la agricultura y probablemente de mataderos. Hemos encontrado uranio en cantidades muy pequeñas que puede ser por desechos de hospitales.
Lo que se puede decir es que debido a que las industrias en Cochabamba son principalmente micro y pequeñas empresas, hay muy poco control de los residuos generados porque el tratamiento de los residuos sólidos y líquidos implica un costo muy elevado para la empresa. Las empresas prefieren botar directamente al alcantarillado o directamente al río. Pero las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales no están diseñadas para recibir este tipo de efluentes, lo que afecta al tratamiento en estas plantas de tratamiento y el ecosistema se ve afectado por estas descargas».
Paul d'Abzac, docente investigador UCB