La nueva normalidad en Japón
Texto y fotos: Natalia Salazar, corresponsal en Japón
Tras el levantamiento del Estado de Emergencia en Japón, debido a la pandemia del coronavirus, muchas de las actividades se han adaptado a la nueva realidad, eso sí, con más precauciones que lo normal, pero con el claro objetivo de maximizar esfuerzos para contrarrestar la transmisión del COVID-19 y minimizar el impacto socioeconómico.
En Japón, el uso de barbijo es algo del día a día, el saludo entre las personas se realiza con una reverencia, sin llegar a tener contacto físico alguno y el respeto por el espacio del otro es parte de su cultura. A todo esto, se le ha sumado la presencia de dispensadores de alcohol líquido o en gel en todos los lugares públicos y la señalización para mantener la distancia de 1,20 m entre las personas en los supermercados, tiendas, bancos y otros.
Aquí el uso de barbijo es normal, es algo del día a día. Lo usan en caso de sentirse un poco enfermos para no incomodar al resto, para evitar contagios de cualquier tipo, para protegerse de las alergias del polen, hasta para cubrir la cara si no te dio tiempo a maquillarte. La diferencia de antes es que ahora lo utilizan niños, adultos y personas de la tercera edad. Antes no se veían muchos niños usándolo, salvo si estaban enfermitos, lo mismo sucedía con las personas de la tercera edad.
Los japoneses se adaptan a los cambios de vida, es más respetan las reglas y las normas, pues esa es su disciplina.
TURISMO
El país del sol naciente recibe anualmente poco más de 30 millones de turistas del exterior y este año tenía previsto aumentar esa cifra en un 33% debido a los Juegos Olímpicos y Paralímpicos Tokio 2020, que quedaron suspendidos por la pandemia.
Como muchos de los países del mundo, impuso duras restricciones a los turistas extranjeros como el cierre de aeropuertos, la cancelación de vuelos y la suspensión de visas temporales lo que ha afectado notablemente al sector turístico y hotelero.
Sin embargo, con el levantamiento de la Emergencia Sanitaria los viajes nacionales se reanudaron, activando el turismo interno. Por su parte, los espacios de recreación y atractivos turísticos como templos, museos, parques, salas de juego, gimnasios, karaokes y centros comerciales, que se mantuvieron completamente cerrados durante el periodo de emergencia, han abierto sus puertas bajo estrictas medidas preventivas sanitarias.
Pese a que se espera que las autoridades anuncien la apertura de fronteras del país nipón al turismo extranjero, el coronavirus es un riesgo persistente para todos los viajeros. A medida que las restricciones sociales y económicas se levanten, las personas tendrán que continuar acostumbrándose a los nuevos estándares de vida cotidiana para frenar la propagación del COVID-19 y evitar que la tercera economía del mundo no se vea afectada por una nueva ola de infecciones.
OTROS SECTORES
El sector gastronómico, quizás uno de los más afectados debido al cierre total de los restaurantes y bares durante la emergencia -lo que generó cuantiosas pérdidas-, tuvo una reactivación gradual. Primero se valieron de los envíos de entrega a domicilio (delivery) y de la comida para llevar (take out) y en una segunda etapa, abrieron sus puertas a los comensales, para lo cual tuvieron que modificar la distribución de las mesas para respetar el distanciamiento físico.
En los gimnasios las medidas son más rígidas porque todas las veces que acudas al gimnasio, antes debes medirte la temperatura, el uso de barbijo es obligatorio durante el entrenamiento, y debes desinfectar las máquinas antes y después de utilizarlas; todos los gimnasios tienen toallitas desechables antibacterianas para esto.
El distanciamiento físico es obligatorio, por lo que las máquinas de los gimnasios están adecuadas para que la medida se cumpla. Asimismo, debes lavarte las manos constantemente. También están controlando que no sobrepasen la capacidad permitida, ello depende del tamaño del ambiente, y para evitar congestionamiento han pedido que las personas sólo los utilicen por una hora.
Los karaokes, que son muy concurridos después de oficina, han establecido que los clientes tengan controles de temperatura antes de entrar a la sala de karaoke. La capacidad de las salas se ha limitado a menos de la mitad del máximo habitual, y están constantemente ventiladas. Los asientos se han reordenado para mantener una distancia de 1.5 m a 2 m de distancia y todos se sientan frente a la pantalla del televisor, para evitar estar frente a frente. Los pedidos de alimentos y bebidas deben realizarse a través de un intercomunicador para reducir la cantidad de interacción humana directa. El uso de máscaras faciales y desinfectante de manos es obligatorio, aunque ciertas cadenas permitirán a los clientes quitarse sus máscaras solamente cuando les toca cantar, para esto deben cambiar constantemente el cobertor del micrófono que se les otorga en un principio.