Nueva fábrica estatal endurece la competencia de cementeras
La fábrica estatal Ecebol comercializará la bolsa a un precio menor al establecido en el mercado. La industria cementera privada demanda al Gobierno una efectiva inversión pública en proyectos para incentivar el sector.
La industria del cemento se encuentra con las “barbas en remojo”. El ingreso de una nueva empresa estatal al medio dibujará el nuevo mapa de la comercialización de este producto cuando en agosto próximo la Empresa Pública Productiva de Cementos de Bolivia (Ecebol), ubicada en el departamento de Oruro, comience a vender su producción a menor precio que la competencia.
Actualmente, las cementeras privadas comercializan entre Bs 45 a 58 la bolsa de 50 kilogramos de cemento, una franja tarifaria que podría bajar cuando Ecebol defina su precio.
Por lo pronto, sólo se sabe que este producto puesto en la planta de Jeruyo en Caracollo (Oruro) sería de Bs 37, monto a definirse cuando se cuadren las variables por el costo del servicio del transporte y otros de la intermediación, según explica Patricia Ballivián, Gerente General del Servicio de Desarrollo de Empresas Públicas Productivas (Sedem).
El nuevo actor en el mercado se presenta en momentos complicados, cuando se habla de una sobreproducción de cemento y de un bajón en las ventas por el freno que experimenta el sector constructor, sobre todo privado, a raíz del menor crecimiento económico de Bolivia.
Aparente calma en las empresas
El anuncio de la puesta en marcha de la nueva fábrica estatal, como era de esperarse, no ha pasado desapercibido en el medio; sin embargo, industrias como Itacamba prefieren ver el vaso medio lleno que medio vacío.
“La industria del cemento no está exenta de la realidad del rubro de la construcción del país, así como de la economía en general. En el último año, de acuerdo con estudios realizados por el sector, la construcción en el país ha crecido menos que en anteriores gestiones. Sin embargo, creemos que existe mucho potencial dado que Bolivia es un país con perspectivas de desarrollo y confiamos que los grandes proyectos propuestos se pongan pronto en marcha”, señala Alexander Capela, Gerente General de Itacamba Cemento S.A.
Por su parte, el Gerente General de Coboce, Cristian Olea, señala que el ingreso de la nueva cementera beneficiará al consumidor final como efecto de la reducción de precios en la lucha por ganarse un espacio en el mercado.
“Siempre favorece al consumidor final el ingreso de un nuevo competidor, pues los competidores deben redoblar esfuerzos para ofertar productos de calidad a un precio competitivo, disminuyendo costos y apuntando a una mayor eficiencia. El ingreso de Ecebol está proyectado bajo la misma regla”, dice el ejecutivo de Coboce, empero deja en claro que consideran competencia a aquellos actores productivos que “producen en las mismas condiciones, cumpliendo con las normas establecidas y ofreciendo al consumidor calidad y servicio”.
La desaceleración en el crecimiento del sector de la construcción ha generado algunos altibajos en el negocio del cemento y sobre este punto ya fue redundante Raúl Gutiérrez, responsable de marketing de la Fábrica Nacional de Cemento S.A. (Fancesa).
En su análisis, Gutiérrez repara que la reducción de ingresos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) en las gestiones 2016 y 2017 fueron determinantes para que la demanda de cemento sea menor que la oferta. Otro factor que no dejó pasar fue que la reducción del precio del cemento se vio traducida en la “guerra de precios” entre las fábricas nacionales, puesto que la estrategia competitiva de las cementeras está relacionada a ese gravitante detalle.
Incentivo
El año pasado, el Vicepresidente del Estado, Alvaro García Linera, tras inspeccionar las obras en la cementera orureña anticipó que una vez ingrese en operación la planta de Ecebol, ésta se encargaría de proporcionar el cemento para todas las obras viales que ejecuta el Gobierno central y departamentales, un ofrecimiento que debería extenderse a toda industria cementera nacional.
Según Rolando Kempff Bacigalupo, economista, Ph.D en Relaciones Internacionales de la Universidad del Salvador de Argentina y miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas, para superar el escenario del riesgo en la industria cementera se requiere un impulso extraordinario de la construcción.
A su juicio, esto podría incentivarse con la construcción de obras viales con cemento rígido, pero también con la exportación de este insumo a los mercados del sur peruano, norte chileno y a Paraguay.
Quien da menos
La baja del precio del cemento que se registra en el país y que se hará más evidente con el ingreso de Ecebol, está directamente relacionado con la competencia, el aumento de la capacidad productiva de las cementeras y la abundante oferta en el mercado debido a la desaceleración de la economía sectorial, apunta Kempff.
La actual producción de cemento en el país bordea los 4 millones de toneladas, con datos recopilados a julio de 2018, entre las cementeras de Soboce, Fancesa, Coboce e Itacamba. Sin embargo, ese volumen podría crecer este año y superar los 5 millones con el ingreso de Ecebol.
Patricia Ballivián, Gerente General del Sedem, informaba a los medios que la capacidad de producción de la factoría estatal alcanzará las 1.300.000 toneladas de cemento por año, con una elaboración diaria de 3.000 toneladas de Clinker; sin embargo, durante los primeros meses de operación continua, la planta producirá al 50% de su capacidad, pudiendo alcanzar al 100% hasta fin del presente año. El Estado invirtió en esta planta $us 245 millones.
Con el cemento hasta el cuello, así se verá el mercado si se toma en cuenta también la ampliación de otras plantas, como la de Fancesa, y en el corto plazo con la cementera de Potosí, por lo que urge elevar los presupuestos de inversión pública a través de proyectos estratégicos nacionales.
Crecimiento económico
Para el presente año, el Presupuesto General del Estado (PGE) prevé un crecimiento de la economía del 4,7%. El PIB nominal para la gestión en curso está calculado en $us 44.921 millones. La inversión pública prevista para 2019 será de $us 6.510 millones, superior a la de 2018 y se constituye en el puntal principal del crecimiento económico.
Sin embargo, no se puede perder de vista que 2019 es un año electoral, aspecto desfavorable y que distrae a la inversión pública efectiva.
Materializar la construcción de la Hidroeléctrica Rositas en Santa Cruz, la reactivación del Mutún, también en el oriente boliviano, y otros como la consolidación de las dobles vías y la construcción de plantas hidroeléctricas en los valles y en el occidente del país, además de la construcción del tren bioceánico y del megapuerto de Ilo, pueden ser los remedios ideales que la industria cementera espera pacientemente para incrementar sus utilidades que van casi en paralelo al crecimiento de la economía del país.
Itacamba quiere exportar
“Con el inicio de operaciones de nuestra planta en Yacuses, garantizamos el abastecimiento del mercado cruceño y pasamos a vender cemento Camba en otros departamentos e incluso en el exterior del país”, anuncia Alexander Capela, de Itacamba.
Reconoce que actualmente la oferta del cemento es superior a demanda, principalmente en Santa Cruz, donde todos los fabricantes nacionales están presentes. Sin embargo, hizo notar que Bolivia sigue importando dicho producto principalmente en el occidente país, aunque existe suficiente material de muy buena calidad que puede ayudar a prescindir de su importación.
Si bien en los últimos años, el consumo de cemento ha decrecido en el país, durante la presente gestión se han visto avances favorables que han acompañado a los planes de crecimiento de Itacamba, principalmente por la sustitución parcial de las importaciones.
Itacamba tiene una capacidad de producción de 1,2 millones de toneladas año, pero este año su meta trazada es comercializar en el mercado interno cerca de 670 mil toneladas.
Capela precisa que su empresa tiene alrededor del 30% de la preferencia del mercado cruceño, pero también llega a Cochabamba, Tarija, La Paz, Beni y otras plazas donde, asegura, tienen muy buena aceptación.
El proyecto de construcción de la Planta Integral de Cemento en Yacuses, agrega, fue una de las mayores apuestas por Bolivia, pues fue la inversión privada más importante en los últimos años con $us 220 millones.
Capela asegura que se hace imperioso que el Gobierno central impulse la inversión pública para que el beneficio no sea de exclusivo impacto en las empresas cementeras, sino para toda la cadena productiva de la construcción, ya que se trata de una actividad intensiva en mano de obra y de las que más aporta al crecimiento de la economía.
Economía en crisis
“Consideramos que la economía está atravesando una crisis; sin embargo, en el horizonte aún podemos confiar en que el país en general y el sector de la construcción en particular paulatinamente encarará un proceso de crecimiento para lo cual debemos estar preparados”, dice Olea, de Coboce.
Sostiene que las ventas de la cooperativa se vieron afectadas los últimos tres años debido a la desaceleración en la economía y el sector de la construcción. Sin embargo, la industria cochabambina prevé incrementar sus ventas este año en un 15%.
El cemento de Coboce tiene una marcada aceptación en el departamento de Cochabamba y está presente en todo el eje central del país (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz). Inclusive su producto ha llegado a regiones más alejadas como Beni y Pando.
Con 53 años en el mercado nacional, Coboce es una industria valorada en poco más de $us 250 millones. Tiene 1.068 trabajadores y genera más de 7.000 empleos indirectos entre transportistas, distribuidores, ferreteros, albañiles, estibadores y vendedores de alimentos, entre otros.
Empeñada en elevar los estándares de calidad de su cemento, Coboce se refrenda en los certificados que tiene su industria, entre ellos: ISO 9001 y la ISO 14001, además de contar con la Certificación Internacional OHSAS 18001, que garantizan un buen control en sus procesos de producción.
Baja la importación
-La importación de cemento se vio reducida en un 30% en relación a las compras realizadas el año 2017, una tendencia que se mantiene en 2019, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE).
-México, Brasil y Perú figuran entre los países de origen de las importaciones de la bolsa de cemento; sin embargo es Perú a quien se le atribuye el 90% de las compras y que ascienden a $us 18 millones y se reflejan en 176 mil toneladas en 2018, siendo las fronteras de Desaguadero y Cobija sus principales puntos de ingreso.
-En contraparte, las exportaciones de cemento boliviano registrados entre 2017 y marzo de 2019 llegaron a un valor de $us 18 millones y un volumen superior a las 181 mil toneladas, lo cual se traduce en una balanza comercial equilibrada en este insumo.
El IBCE también señala que Paraguay fue el principal destino del insumo boliviano de la construcción con un 95%; el 5% restante se fue hacia Argentina.
El transporte fluvial fue el medio de transporte del cemento boliviano a los mercados externos, a través de la Hidrovía Paraguay-Paraná.