Inversión en aeropuertos llega a $us 30 millones en 6 años
El incremento del flujo de pasajeros aéreos ha sido considerable en los últimos años, atribuido a un efecto directo de los niveles de crecimiento económico del país.
Cuando los tres aeropuertos más grandes y rentables de Bolivia se encontraban en manos de una administración privada extranjera, sólo como ejemplo, el gerente general percibía un sueldo de Bs 128.000, además de gozar de bonos, vivienda, seguridad privada, internet y vehículo.
Los otros cargos gerenciales percibían más de Bs 50.000, pero las inversiones en mejora o crecimiento de infraestructura y equipamiento eran mínimas. Ésa era la realidad de Servicios de Aeropuertos Bolivianos S.A. (Sabsa), concesionada a una trasnacional en 1997.
Desde que el Gobierno del Presidente Morales decidió un 18 de febrero de 2013 nacionalizar, el panorama para los tres aeropuertos cambió radicalmente, ya que con ingresos propios, sin recurrir al Tesoro General de la Nación, se invirtieron, en algo más de seis años, alrededor de $us 30 millones.
Así es como comienza evaluando el gerente general de Sabsa nacionalizada, Milton Claros –en entrevista con LIBRE EMPRESA-, la situación actual de los tres más grandes aeropuertos que tiene Bolivia y que son manejados en forma directa por los bolivianos.
Sólo como un dato, el hoy gerente general de Sabsa percibe un sueldo mensual de Bs 19.000, una muestra de que con la reducción de costos, optimización de recursos y aplicación de un plan estratégico de negocios se logran generar ingresos para reinvertir en mejora y ampliación de la infraestructura, además de compra de equipos modernos que se ponen al servicio de los operadores y del público en general, que utilizan los servicios en los aeropuertos de La Paz, Santa Cruz y Cochabamba.
El antes
“Hemos hecho un análisis de la concesión, revisado los documentos del contrato de concesión, y hemos visto que en ese entonces el Estado le había dado al concesionario vía libre para hacer lo que le convenía, no se le controlaba, no se le exigían inversiones, no había un norte. Se le exigió un plan maestro, pero siempre estaba sujeto a observaciones del concesionario”, recuerda Claros.
Como consecuencia, las autoridades de ese entonces perdieron el control de la concesión, porque el Estado no había proyectado este tema con un objetivo, puesto que los modelos que se aplican en otros países señalan cuándo y cuánto tiene que invertir el concesionario, con plazos y cronogramas, pero la respuesta que se daba era que no habían ganancias ni un crecimiento de la actividad aeronáutica.
“Cuando se hizo la nacionalización, primero se verificaron las cuentas y estados financieros de la empresa. Evidentemente, no habían recursos, entonces hemos tenido que generar una política comercial de control de inversiones bien pensadas, que generen réditos para la empresa”, explica.
Entre otras acciones, por ejemplo se hizo un análisis en el aeropuerto de Cochabamba, donde no se había habilitado la segunda planta, que estaba como infraestructura ociosa y ahora funciona como área de preembarques, trabajando con un plan de inversiones con retorno inmediato.
Se estructuró una ingeniería financiera de inversiones inmediatas, porque la condición que puso el Presidente del Estado era que se debe demostrar que la empresa administrada por bolivianos es auto sostenible y genera excedentes.
“El desafío fue planteado, definimos una ingeniería financiera muy buena y a partir de eso comienzan las inversiones con ingresos propios. El Gobierno no nos dio ni un boliviano, empezamos a generar acuerdos comerciales, hablando con nuestros arrendatarios, aerolíneas, les dijimos que vamos a incrementar el alquiler para generar inversiones”, agrega.
De esa manera, el flujo financiero comenzó a subir, reduciendo además los gastos, adecuando también algunos servicios que eran tercerizados, en desmedro de la empresa.
Estatal Vs. Privado
Hace unos meses, el hoy gerente de Sabsa participó en un foro en Sao Paulo, Brasil, donde se habló, entre otros temas, sobre el llamado “efecto boliviano”, porque Bolivia está yendo en contra del ciclo junto a sus nacionalizaciones, algo que no se aplica en la región, donde los demás países están concesionando sus aeropuertos a privados.
“El único país que mantiene es Bolivia, nos decían cómo se da esto, por qué este fenómeno que le da un cierto éxito a Bolivia. Hemos explicado que todo es a partir de que el gobierno tiene un plan, una visión de país, sin la cual no tuviera sentido. Empalmamos la agenda patriótica 2020-2025. Nuestro plan de desarrollo económico y social con el tema de nacionalizaciones, y esto nos permite tener sostenibilidad”, relata Claros.
De esa manera, en seis años de nacionalización de Sabsa, se han invertido alrededor de $us 30 millones, con recursos captados y una adecuada administración de los ingresos, de alquileres, peajes y otros, además de reducción de gastos, y responder así al mandato del Presidente Morales, en sentido de que todo lo que se genere como utilidad se vuelva a invertir en infraestructura y equipos.
“Entonces, el modelo que hemos aplicado en Bolivia con la administración de los aeropuertos es exitoso, y nosotros tenemos una proyección sólo este año de invertir alrededor de 9 millones de dólares en los tres aeropuertos”, anticipa el ejecutivo.
Planes maestros
Desde que el Estado asumió la administración de Sabsa, se han generado planes maestros para los tres aeropuertos. Para Cochabamba, el objetivo y vocación es convertirlo en un centro de mantenimiento a largo plazo, por su ubicación geográfica, por la experiencia de mucha gente en mantenimiento de aeronaves, desde la época del Lloyd Aéreo Boliviano.
El concepto de La Paz es consolidarse como polo de desarrollo turístico, y por ser sede de gobierno es una parada obligatoria para mucha gente, para embajadores, cuerpos diplomáticos y diferentes delegaciones.
En Viru Viru, el plan está orientado a la construcción del HUB (centro de conexión de vuelos internacionales), que es parte de la agenda patriótica, insertado en el plan de desarrollo económico y social, porque este aeropuerto tiene una ubicación estratégica, por su altitud sobre el nivel del mar, por el tamaño (más de 2.400 hectáreas).
Asimismo, Viru Viru está a 1 kilometro de la carretera bioceánica, a menos de 1 kilometro de la vía férrea, que también será parte del tren bioceánico. Por tanto, a la larga se conectará con la carretera y con la vía férrea, porque el plan maestro que se ha diseñado prevé una interconexión para generar la intermodalidad.
La construcción del HUB demandará $us 400 millones de inversión, que tiene que ser de parte del Estado, y se prevé que llevará de cuatro a cinco años.
Entretanto, con sus propios recursos, Sabsa sigue haciendo inversiones en Viru Viru, construyendo más de 2.000 m2, ampliando la zona de llegadas y salidas nacionales, además de ampliar la plataforma y adquirir una manga adicional.
Más adelante se expandirá la plataforma comercial, ampliando y construyendo la zona de carga en la parte de Aduana, mejora de los accesos y calles perimetrales.