NICOLÁS BRANDONI:

Travesias de un emprendedor

Empresario y emprendedor serial. Autodidacta. Padre de familia, amante de la música y del arte en todas sus expresiones. Obsesionado con el futuro y el impacto de la tecnología en la evolución humana.

Es Nicolás Brandoni, sobrino de Luis Brandoni, político y actor argentino, quien compartió con LIBRE EMPRESA, en Buenos Aires, Argentina, parte de su vida como emprendedor.

¿Cuál es tu relación con Luis Brandoni?
Cuando era chico, cerca de los 5 años – la misma edad que tiene hoy mi hija-, mi padre se fue y nunca lo volví a ver. De hecho, no tengo ningún recuerdo de él más allá de las fotos.
Luis es familiar de mi papá; y si bien, por circunstancia de la vida no tengo, lamentablemente, mucha relación con el lado paterno de mi familia, me encantaría poder generar un acercamiento. Ver reflejado mi apellido en una persona como Luis me genera alivio, y orgullo.

¿Cómo repercutió la ausencia de tu padre en tu vida?
Mi madre se encargó de ocupar el lugar de padre-madre. Me acostumbré a vivir en mi realidad, una realidad monoparental en donde no existe la figura paterna. Aunque el extraño comportamiento de mi padre, y su ausencia, se vio reflejado en decisiones futuras. Fui muy rebelde y conflictivo cuando era adolescente. Me iba mal en el colegio, tenía mala conducta y peores calificaciones, prefería reprobar materias y rendirlas al año siguiente todas juntas. Fue en la salida de la adolescencia cuando comencé a entender mi situación personal y sentí el enorme deseo de ser padre. Así fue que nació Francesca, mi hija.

¿Cómo surge tu faceta emprendedora?
Mi primer emprendimiento fue comenzar a tocar la guitarra, pero lo abandoné. Entonces, mi primer emprendimiento sólido, bastante ambicioso desde el comienzo fue: montar una productora audiovisual desde cero – Región Quatro-.
Arranqué sin ningún tipo de financiación ni recursos más que mi computadora y yo. En ese momento no me consideraba un emprendedor, y la palabra no sonaba tanto en los medios como hoy. En realidad, no me definía de ninguna manera, sino más bien sentía la necesidad de dejar de trabajar en empresas de terceros, porque yo sabía que podía dar mucho más de lo que pedían y me sentía limitado por las obligaciones inherentes al puesto, sumado a la obligación de entrar y salir mecánicamente en un horario fijo. Simplemente no podía trabajar dependiendo de un jefe, era como una respuesta física.
Con el pasar del tiempo, Región Quatro se fue consolidando, superando la etapa de start-up y llegando a ser una empresa.
Lo que me enamora de mi trabajo en esta productora es que cada proyecto es un emprendimiento en sí, diferente a los otros proyectos, pero sin embargo requieren superar instancias muy similares: pitch, financiación/inversión, trabajo duro, pruebas piloto hasta consolidarse.
Comencé a sentirme cómodo llevando las ideas que corrían por mi cabeza, a la acción. Fue así que, un día, comencé a pensar en encarar un proyecto por fuera de Region Quatro. A partir de entonces me convertí un emprendedor en serie, y es eso lo que me considero: emprendedor serial.
Contame ¿cómo fue el proceso de creación de la productora audiovisual?
Región Quatro surge de mi necesidad de comenzar a transitar mi propio camino, sumado a mi amor por las artes, por la estética, y a la posibilidad de poder enviar simultáneamente estímulos a múltiples sentidos de las personas.
Como en todo emprendimiento, transité un camino muy duro durante el cual tuve muchas responsabilidades, a mi familia en contra, mucho trabajo y poco dinero porque, en mi caso, había renunciado a tener un trabajo estable. A todo esto, se le suma que en el momento en que uno decide emprender, decide ir en contra de los hábitos y costumbres de todo su círculo social, mientras mis amigos podían ir a fiestas, yo prefería pasar la noche trabajando.
Pero, por otra parte, conocí personas increíbles con unas ideas y capacidades impresionantes, me permitió abrir la mente y conocer distintos rubros porque para poder reflejar la visión de un cliente en un producto audiovisual es necesario conocer en profundidad sus conceptos. Pienso que lo más importante de tener un emprendimiento propio, es la posibilidad de dar trabajo, emplear a otras personas.

¿Qué los diferencia de otras productoras audiovisuales?
Como siempre fui un obsesivo por la tecnología, por la estética y por las relaciones humanas sinceras, no me fue complicado encontrar los fuertes de mi empresa: Buena atención a nuestros clientes, resultados de calidad (por medio de la estética y tecnología), cuidado en los detalles.
Sé que la empresa está yendo por el camino correcto, porque nuestros clientes vuelven a elegirnos.
Como Director Ejecutivo de Region Quatro, me parece clave que nuestros clientes se sientan acompañados y cómodos en cada uno de los procesos que implica una producción.
Tenemos la gracia de tener clientes que dejan fluir nuestra creatividad dándonos una libertad de acción muy amplia, como por ejemplo: Adidas Group, JW Bradley, New Balance, Grupo Dharma.

¿En este camino recorrido, cuáles fueron los proyectos que más disfrutaste?
Los proyectos que más me llenaron emocionalmente, fueron Show Íntimo y Round Quatro. En Show Íntimo la propuesta era montar un concierto íntimo de artistas reconocidos. Por medio de la música intentábamos que quienes más lo necesitan logren encontrar un motivo para sonreír, para tener fe y para sentir que no están solos.
Bajo ese concepto, desde la producción fijábamos qué alimentos no perecederos debían llevar los asistentes como entrada a Show Íntimo.  
Estos alimentos los llevábamos personalmente a diferentes comedores y merenderos infantiles donde grabábamos la entrega de los mismos, testimonios de los responsables de los comedores y lo emitíamos en vivo en los próximos programas. Personalmente, tuve la oportunidad de ir a todas las entregas, lo cual me permitió conocer a muchas personas increíbles que viven en situaciones muy difíciles, otras de gran corazón que van a ayudar sin esperar nada a cambio, así conocí, a quien hoy es mi esposa.
Otra linda experiencia, fue Round Quatro, donde la propuesta fue producir un evento sudamericano de Kickboxing K-1, en el cual se disputaba un título mundial. Se trata de un deporte que se encuentra erradamente demonizado en este país, siendo que instala y refleja valores excepcionales en quienes lo practican.
La idea era que cada deportista representara a una ONG, así el deportista ganador, también transformaba a la ONG en ganadora de una contribución. De esta manera logramos la empatía entre los chicos beneficiarios de las ONG, con los deportistas y los seguidores del deportista.
Considero fundamental promover el deporte dentro de los más desamparados. El deporte aleja de las drogas, promueve valores de compañerismo, de vida saludable, de no-violencia. El deporte salva vidas.

O sea que en varios de tus proyectos, está presente (muy presente) el poder ayudar al “otro” de algún modo: ¿De dónde viene esta faceta solidaria?
En mi adolescencia, fiel a la rebeldía que inundaba mi mente, caminé mucho las calles de Buenos Aires. Cuando uno es rebelde, la sociedad te posiciona como inadaptado y te miran desde el otro lado de la vereda. Aunque yo era chico, éste fue mi primer acercamiento a una realidad paralela, diferente a la cotidianeidad mía... la realidad de aquellas personas que perdieron todo y viven en las calles o en las plazas. De esta manera fue que conocí la historia de muchas personas que en algún momento de sus vidas se ratearon de un colegio privado como yo, y que con el correr de la vida, por motivos políticos, familiares, sociales, se tuvieron que enfrentar a la durísima realidad de tener que vivir en la calle, sin hogar. Esa realidad que los aleja cada vez más de una sociedad que hace ojos ciegos ante quienes más los necesitan, pero esa sociedad, a la que todos queremos pertenecer.
Frente a esta realidad que me topé, comencé a ayudar en un comedor matinal de la Iglesia de mi barrio. Allí servíamos el desayuno principalmente a personas en situación de calle.
Con el tiempo, al igual que en el mundo laboral, no pude con mi genio y decidí hacer mi aporte de otra manera, encontrar una veta social en los proyectos que emprendía.
Pero, por otra parte, conocí personas increíbles con grandes ideas y talentos, entre ellas un gran profesional de la industria: Gustavo Bresciani, quien hoy ocupa un lugar muy importante en la sociedad.
La productora me permitió abrir la mente y conocer distintos rubros, porque para poder reflejar la visión de un cliente en un producto audiovisual es necesario conocer en profundidad sus conceptos. Pienso que lo más importante de tener un emprendimiento propio, es la posibilidad de dar trabajo, emplear a otras personas.

Además de Región Quatro: ¿Formás parte de otra empresa?
Por un lado, con el especialista en marketing digital Juan Carmona, creamos wowBe: una agencia de comunicación que se cimenta en dos pilares principales, el marketing digital y la prensa.
Por otro lado, estamos en una etapa de desarrollo incipiente de una empresa de automatismos orientados a instalaciones multimedia que tiene como objeto generar experiencias sensoriales novedosas.
Estas tecnologías están teniendo un gran auge en los últimos años. El campo de aplicación es muy amplio, desde los automatismos del hogar (domótica), internet de las cosas, hasta, por supuesto, marketing en sus diversas facetas y entretenimiento.

¿Cómo viene el 2018?
Tengo planeado varios proyectos, por ejemplo una nueva edición de Show Íntimo, y a nivel internacional, un proyecto de deportes de contacto de primer nivel que ya se encuentra en proceso de producción.

Perfil
Empresario-Emprendedor argentino. Es sobrino de Luis Brandoni, actor y político argentino. Fundador y Director Ejecutivo de la productora Audiovisual Región Quatro. Trabajó para grandes artistas, como León Gieco, y tiene, entre varios clientes, a Adidas Group.