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Master Motors, 30 años de carrera y de gratos sueños

La empresa automotriz es hoy representante de la prestigiosa marca BMW y, tras cumplir las tres décadas, ahora trabaja en la construcción de un nuevo taller, de un moderno almacén de repuestos y show room de motos.

“¡Qué barbaridad, tu padre dentista, tu madre dentista, cómo vas a ser mecánico!”, fue la angustiosa interrogante que le hizo su tía al venteañero Horst Gottlieb, el ahora patriarca de la empresa automotriz Master Motors.

Recordar ese episodio sirve como punto de partida para conocer la larga carrera de ese joven que soñaba convertirse en mecánico automotriz.

“Y es que en esos años, allá por 1970, ser mecánico era mal visto y peor decir voy a estudiar mecánica. El mecánico era visto como mugroso, cochino, siempre lleno de grasa”, relata Gottlieb, sentado en un cómodo sillón del lobby de su empresa, mientras destacan en su show room tres vehículos BMW del año que -en cifras- fácilmente alcanzan los $us 250.000.-

El empresario ingresó a la universidad, pero la dictadura de Hugo Banzer Suárez pretendió arrebatarle el sueño de ser mecánico cuando mandó a cerrar todas las universidades del país. Ese acontecimiento generó incertidumbre, pero también el aliento de su madre, la señora Estela Soliz, que deseaba lo mejor para su único hijo. De esa forma, Horst terminó estudiando Mecánica Automotriz en su natal Alemania, gracias a un dinero que le aseguró su padre y que financió buena parte su formación en Europa.

 

Primeros pasos

Cumplido el sueño, retornó a Bolivia en 1983, un año en el cual el país atravesaba por la etapa de la “hiperinflación”.

“Al principio no entendía lo que pasaba en el país. Con lo poco que pude ahorrar en Alemania compré algunas cosas, pero cometí el error de cambiar una parte del dinero en moneda boliviana. Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando fui a comprarme herramientas compresoras, prensas y todo lo que pude para mi negocio”, recuerda.

Conoció a Abraham Salomón un amigo que sería su socio. Salomón tenía un taller denominado “Taller Masters”, ubicado en la calle Colombia esquina Lanza, y junto a él comenzó a trabajar en los años de la “hiperinflación”. Los comerciantes no querían vender repuestos por miedo a que la devaluación acelerada de la moneda nacional les impida reponer su mercadería al día siguiente.

La iniciativa de traer repuestos a pedido desde Panamá fue una idea que les permitió a los socios capitalizarse en plena crisis económica. “Todos los pedidos los hacíamos por fax y cada 15 días yo iba a Panamá, hacíamos la compra de todos los repuestos de las marcas Toyota y BMW y comenzábamos a vender muy bien los repuestos”, narra.

Capitalizados, el año 1988 compran un terreno en la Av. América, lugar en el cual se encuentra la empresa automotriz Master Motors. “En ese entonces, todo era una pampa, el lugar más alejado de la Av. América Oeste y donde el adoquinado acababa en la rotonda y el ingreso al taller era de tierra”, precisa.

A fines de 1991, Abraham Salomón se va a Santa Cruz y la empresa queda en manos de Horts, año en el cual asume la representación de Toyota Boliviana Ltda.

 

Pasión por las tuercas

En 2003, Elite Motors SRL, representante nacional de la marca Peugeot en Bolivia, otorga a Master Motors la representación de la marca en Cochabamba y gracias a ello llegan a la Llajta 28 coches de carrera preparados en Argentina. Gottlieb se queda con uno, con el cual participa en un rally latinoamericano que se llevó a cabo en Sucre, obteniendo el cuarto puesto. Sin embargo, entre sus logros está ser campeón departamental los años 2007, 2008 y 2009.

La pasión por el automovilismo se la debe, en buena medida, al reconocido piloto boliviano Oscar Crespo, a quien Gottlieb pudo conocer de adolescente, además de tener el privilegio de lavar su auto de carrera junto a otros niños.

La pasión por los autos que corre por sus venas como pólvora de dinamita, hizo que a sus 19 años se estrene en el volante en la primera competencia organizada por la Asociación de Automovilismo de Cochabamba, el 20 de noviembre de 1977. 

En 2009, el amante del volante se va a correr a Sucre y en el restaurante del hotel coincide con “Chavo Salvatierra”, con quien entabla una cordial conversación. El desayuno sirvió para hablar de motores y de los motores pasaron a hablar de negocios y luego todo derivó en una oportunidad para que Master Motors obtenga la representación de BMW en Cochabamba.

Haberse formado en Alemania, trabajar en el pasado con los repuestos de BMW y haber consolidado un prestigio en Cochabamba representando importantes líneas de vehículos, fueron, entre otras, la carta de presentación que en octubre de 2009 consolidó la representación de BMW a través de Master Motors en Cochabamba.

 

Un nuevo proyecto

Hoy, el patriarca de la empresa emprende un proyecto secundado por dos de sus hijos, Manfred y Natalia, que paulatinamente van tomando lugar en el negocio fundado por él. Se trata de la construcción de un nuevo local que estará destinado a un taller donde funcionará un horno de pintura, el departamento de vehículos usados, dos plantas de almacenes de repuestos y un amplio show room de motos. Este edificio, que será erigido sobre un terreno de 500 metros de superficie y contará con cuatro plantas, estará listo dentro un año.

El menor de sus hijos tiene 17 años y es otro apasionado como el padre, pero no precisamente de los fierros y motores, sino del fútbol. Al igual que su progenitor, el joven inventa con el balón un mundo soñado, tanto o más que Horts, quien mirando en él su reflejo, lo ha alentado a perseguir sus sueños, esos sueños que un día reclamó la tía a su mecánico sobrino que hoy es el máximo ejecutivo de Master Motors, una empresa soñada que cumple 30 años en el mercado cochabambino.

Edwin Carpio San Miguel

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